La humanidad conmemora
este año, 150 años del Capital y 100 de la revolución de octubre;
que lecciones podemos sacar, para la situación actual de Colombia,
para la unidad de los sectores democráticos y cómo podemos
interpretar algunas de sus experiencias desde la perspectiva de los
derechos humanos.
EL APORTE DE MARX COMO
CIENTIFICO SOCIAL Y EL METODO DEL CAPITAL
De
los muchos aportes que hizo Marx a la ciencia, fue primordial el
descubrimiento del factor fundamental de las relaciones entre los
hombres: los hombres establecen entre ellos, múltiples relaciones;
relaciones de todo tipo, religiosas, culturales, políticas,
jurídicas, sexuales, económicas, etcétera. Antes de Marx, los
hombres se encontraban perdidos en el caos de estas relaciones; no
existía un norte que determinara cuáles relaciones condicionaban al
resto de las relaciones humanas. Marx puso orden en este caos de
relaciones y logró establecer, que la relación fundamental era la
económica y que esta, a su vez, condicionaba o determinaba el resto
de las relaciones entre los hombres. Que la base económica, el modo
de producción, es la que determina las clases sociales; determina la
política y toda la superestructura y no al revés como se había
creído hasta entonces. Con este aporte, Marx, creada el materialismo
histórico. Quien mejor lo explicó, fue Federico Engels, en el
discurso que hizo, ante la tumba de Marx: “Así como Darwin
descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx
descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan
sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre
necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse
antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que,
por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos,
materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de
desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual
se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones
jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de
los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y
no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo. Pero no
es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve
el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa
creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto
estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores,
tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos
socialistas, habían vagado en las tinieblas.”.
EL METODO DEL CAPITAL
Sobre el capital de
Marx, mucho se ha escrito, y en lo que a nosotros respecta, bástenos
con reiterar que constituye un hito de la ciencia de la economía
política. Sin embargo, queremos llamar la atención, sobre un
aspecto menos conocido del mismo; esto es, del método con que fue
construido. Antes de Marx, los economistas utilizaban un método de
exposición de su ciencia, que iba de lo concreto a lo abstracto; por
ejemplo, Thomas Robert Malthus, comienza estudiando la relación
concreta que existe, entre población y alimentos; para concluir, que
la pobreza de la sociedad y las crisis económicas que ésta sufre,
tienen como causa la relación desproporcionada que existe entre el
aumento de los alimentos y el aumento de la población; pues mientras
los alimentos aumentan aritméticamente, la población aumenta
geométricamente. No es lo mismo 4 + 4 + 4=12, que cuatro a las tres:
4X4X4=64; mientras los alimentos aumentan 12 veces, la población
aumentó 64 veces. Después de explicar cosas concretas como estas,
Malthus y otros economistas anteriores a Marx, explicaban relaciones
más abstractas, como la renta o la renta de la tierra. Era el método
de lo concreto a lo abstracto.
Marx, invierte ese
método en el capital y comienza por lo más abstracto, para explicar
luego relaciones concretas, utiliza un método teórico de
conocimiento que va de lo abstracto a lo concreto, denominado:
Elevación de lo abstracto a lo concreto. En este sentido, el
pensamiento puede considerarse como modo de comprender la realidad
mediante la abstracción. Mediante la abstracción se destaca la
propiedad esencial, el aspecto esencial del objeto. El método de
abstracción científica consiste en abstraerse de lo secundario y no
esencial.
"Al destacar una propiedad o relación, la idea puede abstraerse
incluso de las propias cosas y fenómenos a los que pertenecen dichas
propiedades y relaciones. Así surgen las cualidades de "lo
blanco", lo "hermoso", "la herencia", "la
conductibilidad eléctrica", etc. Semejantes abstracciones en
la lógica se denominan objetos abstractos".
Hasta el siglo XIX, al investigar un fenómeno de la naturaleza o de
la sociedad, no se aplicaba el método de ascensión de lo abstracto
a lo concreto, sino el método inverso de ascensión de lo sensorial
concreto a lo abstracto. Este último método fue el utilizado por
Hobbes y Locke en sus escritos filosóficos y políticos, así como
por todos los economistas anteriores a Marx. "Los economistas
del siglo XVII -Ha escrito Marx al analizar el método de
conocimiento de estos-, por ejemplo comienzan siempre por el todo
viviente, por la población, la Nación, el Estado, varios Estados,
etc; pero siempre terminan en distinguir, por medio de análisis,
relaciones universales abstractas determinantes como división del
trabajo, dinero, valor, etc".
Marx utilizó el método inverso, ascensión de lo abstracto a lo
concreto, en su obra cumbre, el capital. En esta obra comienza el
análisis por la definición abstracta de la mercancía y sigue
avanzando hasta crear el panorama de las relaciones capitalistas en
todo su conjunto... "En el análisis de las formas económicas
escribió Marx en el capital -no pueden emplearse ni el microscopio
ni los reactivos químicos. La capacidad de abstracción ha de
sustituir a esos medios."
Karl Marx comienza, señalando que la sociedad capitalista, en una
sociedad que produce para el mercado, por lo mismo, produce
mercancías. Con esta constatación, lo que Marx quiere es señalar
la diferencia, entre el modo de producción feudal, que consiste en
una producción autárquica, donde se produce el objeto en el feudo,
y se consume dentro de ese mismo feudo, donde muchas veces quien
consumía el producto es el mismo que lo había producido. Modo de
producción distinto al de la sociedad capitalista donde se produce
en un lugar y se consume en otro completamente distinto, donde el que
consume el producto, lo más probable es que ni siquiera conozca a
quien lo produjo; donde el consumidor colombiano, jamás conocerá al
obrero chino que lo elaboró.
Luego de caracterizar la sociedad capitalista como productora de
mercancías, Marx se pregunta por qué los hombres adquieren
mercancías y la respuesta es que con ellas se satisfacen necesidades
de los hombres: como necesita protegerse del frío, compra vestidos;
como necesita alimentarse, compra yuca y compra Papa; como necesita
solaz espiritual, adquiere arte y literatura; etcétera. Este es el
valor de uso de las mercancías.
Marx, se pregunta luego por qué mercancías que tienen valores de
uso tan distinto, como la papa y los libros, pueden intercambiarse
entre ellas. La mercancía tiene entonces, además del valor de uso,
un valor de cambio, o de intercambio entre ellas. Pero para que esto
sea posible, qué mercancías tan distintas, y con valores de uso tan
distintos, puedan intercambiarse entre sí, tienen que tener algo en
común que permita ese intercambio. Ese elemento en común es que
todas son producto del trabajo de los hombres. El contener todas,
trabajo humano, es lo que hace posible su intercambio. La cantidad de
trabajo que cada una contenga, determina también su valor de
intercambio: si para producir un lápiz, necesito una hora de
trabajo; y para producir un libro necesito tres horas de trabajo;
puedo cambiar un libro por tres lápices.
Marx señala, que en la sociedad capitalista, productora de
mercancías, unos hombres son dueños de instrumentos y medios de
producción y otros sólo son dueños de su fuerza de trabajo, que
deben vender a los primeros, por lo que el trabajo de los últimos,
se convierte también en una mercancía que venden a los primeros.
Sin embargo, los dueños de los instrumentos y medios de producción,
no pagan a los trabajadores la totalidad de su trabajo; de manera que
estos últimos entregan más valor (plusvalía) del que reciben por
su trabajo. Éste trabajo no remunerado, que recibe el patrono, es el
que le hace enriquecerse cada día más.
Luego de que ha comenzado por estas abstracciones, Marx, comienza el
análisis de temas concretos, como la renta, la renta de la tierra,
las formas de capital: capital comercial, capital financiero, capital
industrial y aquí hace otro aporte metodológico importante, al
señalar que existe una diferencia entre lo histórico y lo lógico,
ya que lo que es primero en el tiempo, no es siempre lo fundamental,
lo lógicamente importante: mientras la acumulación originaria de
capital, se da en la forma de capital comercial, sin embargo, para el
sistema capitalista, es más importante el capital industrial y la
razón de esta distinción es muy simple; es que el capital
industrial es el que produce la plusvalía, mientras las otras dos
formas de capital no producen plusvalía (aunque tomen parte de ella,
no la producen). Consideramos que lo dicho, es suficiente, para
señalar el aporte metodológico de Marx, al elaborar el capital.
100 AÑOS DE LA REVOLUCION DE OCTUBRE. UNA LECTURA EN CLAVE DE
DERECHOS
Existe, un hilo conductor y una continuidad, entre el marxismo, la
primera revolución rusa de 1905 a 1907 y la revolución de octubre
de 1917. Sin embargo, eso no puede hacernos olvidar, los aportes
nuevos que hicieron Lenin y la revolución de octubre; entre otras
cosas, por la sencilla razón, de que jamás había existido otra
revolución socialista y se trataba de crear la primera.
Entre los nuevos aportes que hizo Lenin, y que fueron vitales para
lograr el triunfo de la revolución de octubre, fue construir un
partido político de nuevo tipo: de cuadros y no de masas; donde no
bastaba, como en los partidos burgueses, declararse miembro de el,
donde era necesario integrarse al trabajo en una de sus
organizaciones. Esta labor, la cumplió Lenin en el segundo Congreso
del partido obrero de Rusia, de cuya división, se produjeron los
nombres de bolcheviques (mayorías) y mencheviques (minorías), en el
año 1903, cuyos debates aparecen documentados en su libro “Un paso
adelante, dos pasos atrás,” escrito en 1904. La labor del
partido, en el camino hacia el poder político pasaba por las tareas
de propagar (propagar-agitar), educar y organizar: propagar las ideas
del socialismo, su cosmovisión del mundo; educar a la clase obrera y
a su aliado natural los campesinos pobres y medios, para que tomaran
conciencia de sus intereses de clase; para que pasaran de ser una
clase en sí, a una clase para sí; y organizar a la clase obrera y
sus aliados, así como a las amplias masas populares, en estructuras
que permitieran agruparlas, en la lucha por sus intereses; por sus
derechos. Para Lenin era claro, que el partido pertrechado con la
teoría socialista, tenía que acercarse a las reivindicaciones
concretas, por los derechos concretos de las amplias masas populares,
pues la teoría sin práctica es estéril y la práctica sin teoría
es ciega. Sólo en la lucha, por el derecho a la educación, se puede
propagar, educar y organizar a quienes no tienen educación, para que
conozcan su derecho a la educación, puedan reclamarlo y hacerlo
realidad; sólo en la lucha por el derecho a la salud, se puede
propagar, educar y organizar a quienes no tienen salud; etcétera.
Para Lenin, como para Marx, el sistema capitalista y su modelo
económico es injusto porque priva de derechos. La institución que
le dio nacimiento, esto es la propiedad privada, es injusta,
precisamente porque priva de propiedad a la mayoría de la población,
pues al permitir la propiedad privada de instrumentos y medios de
producción, ésta se convierte en propiedad de una minoría de
miembros de la sociedad y se excluye de ella a millones de personas.
La libertad de prensa burguesa, es injusta, porque otorga el derecho
a una minoría: a los dueños de los medios masivos de comunicación
y excluye de ese derecho a la gran mayoría de los ciudadanos. El
sistema capitalista es injusto, porque no otorga los derechos a todos
los ciudadanos: los derechos a la salud, a la educación, a la
vivienda, al trabajo, etc. sólo son privilegios de una minoría. La
idea del socialismo, era otorgar, estos derechos a todas las personas
y de esa manera construir una sociedad más justa, más igualitaria y
más libre. Este mismo déficit de derechos típico del sistema
capitalista, lo encontraba Lenin también, en el concepto de
democracia burguesa. Para Lenin, siguiendo a Engels, la comunidad
primitiva era una forma de sociedad sin Estado. El Estado surge con
la propiedad privada de instrumentos y medios de producción; la
primera forma de Estado es el Estado esclavista; que es reemplazado
por el Estado feudal y este por el capitalista, que sería
reemplazado por el comunismo, otra forma de sociedad sin Estado, en
un nivel distinto, por el alto desarrollo de las fuerzas productivas
y de las relaciones de producción (modo de producción). Entre el
Estado capitalista y el no Estado comunista, era necesario un tipo de
Estado que aboliera la propiedad privada y se auto extinguiera: era
la dictadura del proletariado. Para Lenin, todos los modelos de
Estado implican una correlación entre democracia y dictadura; tanto
en el Estado esclavista, como en el feudal, el capitalista o la
dictadura del proletariado, coexisten democracia y dictadura; la
diferencia de la dictadura del proletariado con los estados
anteriores estribaba, en que se invierten los términos: antes la
democracia (en el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo) era
para la minoría de la población; y la dictadura para la mayoría de
la población; ahora, con la dictadura del proletariado, la
democracia es para la mayoría de las personas y la dictadura es sólo
para la minoría de ellas. Lo que traducido en derechos significaba,
que ahora los derechos eran para la mayoría de la población. Era
una propuesta de ampliación de la democracia política y de la
democracia económica.
Para Lenin, la lucha por el socialismo, era al mismo tiempo una lucha
por los derechos humanos y la toma del poder estaba indisolublemente
ligada a unos derechos humanos concretos: no por azar, desde las
tesis de abril, escoge cuatro derechos, que toma directamente de las
peticiones del pueblo: Pan, Paz, Tierra, Libertad.
El pueblo ruso estaba pasando hambre y era necesario darle su derecho
a alimentarse. El pueblo ruso, estaba cansado de la guerra: la
Primera Guerra Mundial había privado del derecho a la vida a muchos
rusos y había sido causa de la violación de muchos otros derechos,
como la integridad física y moral de muchas personas; la guerra
civil, también afectaba el derecho a la paz, era necesario
restablecerle al pueblo, su derecho a La Paz. Sin embargo, en
relación con este derecho, Lenin tenía claro, que si se le quería
restablecer el verdadero derecho a la paz al pueblo ruso antes se
debía derrocar al capital, acabar su modelo económico. El precio de
la paz no podía ser la perpetuación del modelo económico que
ocasionaba las guerras. El derecho a la libertad, era un reclamo que
tenía varias dimensiones, en una Rusia que era mucho más feudal que
capitalista, con tantas ataduras feudales que había que romper:
libertad personal, libertad religiosa, libertad de pensamiento, de
palabra, de partidos políticos, de prensa, etc.
El derecho a la tierra, Lenin sabía, que el desarrollo industrial de
Rusia no era el más grande de Europa, lo que hacía que su clase
obrera fuese minoritaria, que si quería tomar y conservar el poder,
necesitaba de un aliado mucho más numeroso que ella, que eran los
campesinos pobres y los campesinos medios (excluida a los
terratenientes) y que la única manera de ganárselos y movilizarlos
era asegurándoles su derecho a la tierra, configurando una alianza
obrera-campesina. Sobre este tema sabía también, que el programa de
los eseristas de izquierda, estaba más cercano a las aspiraciones
campesinas y no dudo en hacer una alianza con ellos y adoptar parte
de su programa, con tal de fortalecer la alianza obrera-campesina.
ENSEÑANZAS DE OCTUBRE PARA LA UNIDAD EN COLOMBIA
A 100 años de la revolución de octubre, todavía son muchas las
enseñanzas que podemos aprender de ella. Una de las más importantes
es que ella siempre estuvo ligada a la lucha por los derechos; que se
hizo posible gracias a que era un proyecto de ampliación de la
democracia política y de la democracia económica; de más derechos
para todos. Que los cuatro derechos, que en ese momento histórico,
Lenin destacó como condición de tránsito hacia el socialismo, son
todavía una tarea pendiente en Colombia, donde muchos colombianos
todavía padecen de hambre, donde la paz con justicia social sigue
siendo una quimera, que se trueca en una cesación parcial de un
conflicto armado, donde el Estado no cumple lo pactado, donde el tema
de la tierra sigue pendiente y donde ha desaparecido, inclusive como
simple reivindicación, el tema de la reforma agraria; donde en vez
de aumentar nuestras esferas de libertad física, moral, espiritual,
cada día, se nos encadena, aprisiona y se nos esclaviza cada vez
más.
Que además, de esos cuatro derechos, está pendiente en Colombia, la
realización de otros derechos, que no fueron ni siquiera discutidos,
en el acuerdo de La Habana, que fueron dejados expósitos, y que como
sociedad civil es nuestro deber reclamarlos y tutelarlos, como son el
derecho universal, para todos los colombianos, a la educación y a la
salud. Las Reformas agraria, urbana y del
sistema financiero; la reforma del congreso, de la Justicia, de la
educación y la
salud. La redistribución
de la riqueza y la lucha contra todas las formas de discriminación
incluidas la sexual y la racial.
Los acuerdos de La Habana, tampoco cambia el modelo económico, sino
que lo perpetúa; no defiende la soberanía nacional. No le da a las
víctimas de la violencia sus derechos a la verdad a la justicia a la
reparación ni la garantía de no repetición; no le da los
colombianos la verdadera paz con justicia social ni la paz con la
naturaleza, no está la preservación
del medio ambiente; la lucha contra la
corrupción y el desempleo. En los acuerdos de la Habana brillan por
su ausencia la Libertad e igualdad de los colombianos, la Creación
del estado autonómico o federal;
el derecho a la vivienda para todos, etc. No podemos dejar que estas
ideas, en síntesis: Paz con justicia social y democracia política y
económica, desaparezcan del debate social y político y por estas
razones y por estos derechos, es que tenemos que ir más allá del
acuerdo de La Habana.
Estos
derechos y su contenido, tienen que ser plasmados en un programa
mínimo que sea al mismo tiempo de acción política y de acción
social. Es un programa mínimo, ya que nadie puede imponer la
totalidad de su concepción de sociedad y estado al resto de los
demócratas, por lo que es necesario que recoja los temas y enfoques
fundamentales en los que existe coincidencia, como por ejemplo la
paz, la soberanía nacional, las reformas agraria, urbana y
financiera; el respeto al medio ambiente, el apoyo a las luchas
campesinas, indígenas y de los afro descendientes, la lucha por el
territorio, el respeto a la soberanía popular, la defensa y
ampliación de todos los derechos humanos. La
sociedad civil democrática debe contribuir individual o
colectivamente a establecer el programa mínimo y una vez planteada
las propuestas y votadas las propuestas, las que obtengan mayoría
deben ser respaldadas por todos nosotros, propagadas en todos los
escenarios y debemos hacer la labor de organización y educación en
torno a ellas. Una vez elaborado el
programa mínimo, es necesario definir unas reglas de juego, para
determinar quiénes pueden ser voceros o portavoces de ese programa;
lo ideal es que haya varias personas que recorren todo el país
propagándolo, organizando a quienes quieran trabajar por él y
educando a la gente en sus derechos para que puedan reclamarlos.
Quienes
propaguen y agiten este programa, tienen que decirle claramente al
pueblo colombiano, que no aceptamos el falso dilema, en que se nos
quiere meter, de escoger entre el diablo de Santos y el Lucifer de
Uribe, entre la corrupción de Santos y la de Uribe; que para
nosotros son exactamente iguales, pues ambos defienden el mismo
modelo económico y ambos, han librado una guerra sin cuartel contra
los derechos del pueblo colombiano.
Ese
diálogo, entre demócratas colombianos, tiene que pasar, por el
diseño de las nuevas instituciones que den más derechos al pueblo
colombiano, que hoy, mientras no aparezca una opción mejor, el
escenario natural para realizarlo y plasmar el programa mínimo en
nuevas instituciones que hagan posible el cambio de las estructuras
injustas (una estructura de educación que no da educación a todos
los colombianos y necesitamos remplazarla, por otra que si de
educación a todos; como necesitamos remplazar la estructura de salud
que no da salud a todos los enfermos, por otra que si de salud a
quien lo necesite; etc.) es la Asamblea Nacional Constituyente,
popular, autónoma, democrática y soberana.
JAIME
ARAUJO RENTERIA
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