sábado, 31 de octubre de 2015

COMUNICADO A TODO EL PUEBLO COLOMBIANO: UNIDAD VERDADERA DESDE ABAJO.

No es que estemos frente a un pueblo ignorante como muchos quieren hacer ver la derrota política que sufrió la falsa izquierda en estas elecciones realizadas el pasado 25 de octubre, ni mucho menos que fue el impacto mediático de las campañas publicitarias, todo lo contrario los resultados reflejaron el cobro político de los últimos gobiernos de “izquierda”, las personas necesitan cambios de verdad, para todos y no solo para los consentidos de la campaña, el hambre, la falta de educación de calidad y salud digna, el aumento en la violencia escolar, la inseguridad, la represión por parte de la fuerza pública, las mentiras y los engaños entre otras muchas acciones, reflejan la falta de un programa unitario que respondiera  a las necesidades reales del pueblo capitalino.
Es el momento de llamar a la UNIDAD, A LA LUCHA Y A LA RESISTENCIA desde las bases de todas las organizaciones, empecemos a construir desde la crítica y la auto-critica, desde nuestros aciertos y nuestras equivocaciones. Es hora de escuchar al pueblo y darle lo que necesita. No es correcto hacer de éste una herramienta necesaria para el beneficio propio a de unos pocos, el pueblo no olvida y busca la forma de cobrársela a sus dirigentes; necesitamos una renovación total de los “representantes”, de los “candidatos”, de la “dirigencia”, porque lo que muestran los hechos es que fracasaron, que les quedo grande.
La juventud tiene que asumir esta dirección, pero eso sí con ética, siendo consecuente con lo que se dice y se hace, cumpliendo con los compromisos adquiridos, no olvidando su pasado para no repetirlo y aprendiendo de la historia para tomar la determinaciones necesarias en el momento correcto, lo más importante de todo esto es dejar a un lado la mañas, los vicios y la deformación que los viejos han heredado y que trasmiten a la juventud, tenemos que romper con este círculo del vicio de la politiquería barata que se vende al mejor postor; necesitamos untarnos de barrio, de periferia, de humildad y sencillez, para lograr captar lo que el pueblo quiere, direccionarlo con sabiduría e inteligencia.
Estamos en una guerra de clases, no lo olviden, estamos en LUCHA y la RESISTENCIA desde los pueblos explotados, oprimidos y olvidaos, es la hora de la UNIDAD de la construcción de un proyecto político serio y transformador, que ropa con esas formas de actuar coyunturalmente y se llegue a la construcción de partido político verdadero desde las bases; ES LA OPORTUNIDAD DE CAMBIARLO TODO, DE MOSTRARLE A ESA "DIRIGENCIA" AGAZAPADA Y ARRODILLADA A LA OLIGARQUÍA,  QUE NOSOTROS LOS JÓVENES podemos llevar las riendas de nuestro país, que somos capaces de transformar y colocarlo al servicio de las mayorías, del pueblo explotado, de los olvidados e in-visibilizados, es momento de  CONSTRUIR PARTIDO DE CLASE, UN PARTIDO DESDE LAS BASES DONDE SUS DIRIGENTES SEAN PROLETARIOS Y no que se disfrace y aparenten ser uno, FUERA TODOS ESOS BUITRES  electoreros y oportunistas, NECESITAMOS LA UNIDAD DE TODOS LOS SECTORES DE LA SOCIEDAD PERO CON CONCIENCIA DE CLASES, AL SERVICIO DEL PUEBLO COMO DEBE SER.

HACEMOS UN LLAMADO A LA JUVENTUD, A LOS NIÑOS, LOS VIEJOS, MADRES, PADRES A TODO COLOMBIA Y  AQUELLOS QUE BUSCAN UNA PATRIA NUEVA, MÁS JUSTA, MÁS EQUITATIVA Y MÁS SOLIDARIA. UNA PATRIA DONDE TODOS APORTEMOS A ESTA CONSTRUCCIÓN, SIN IMPORTAR EL COLOR, EL GENERO, SU GREMIO O SU TERRITORIO, HACEMOS UN LLAMADO DE CLASE SOCIAL COMO HILO UNIFICADOR DE TODAS NUESTRAS LUCHAS DE RESISTENCIA. ES EL MOMENTO DE LA UNIDAD DESDE EL TRABAJO EN LAS BASES.

LOS DE ABAJO SOMOS MÁS Y VAMOS POR LOS DE ARRIBA.               


UNIÓN DE JÓVENES PATRIOTAS
BASES EN REBELIÓN
OCTUBRE 26 DE 2015.

martes, 20 de octubre de 2015

ELECCIONES 2015, ENTRE LA AUSENCIA DE IDENTIDAD POLÍTICA Y LOS DISCURSOS PRESTADOS Por: Comunicadores Populares

Con las próximas elecciones del 25 de Octubre del 2015, el pueblo colombiano vive una vez más el ambiente característico de los años electorales, el cual no necesariamente implica la expresión de la democracia, por el contrario una serie de fenómenos opuestos a esta como son: la angustia de algunos por saber cuáles son los candidatos de los caciques regionales, las mafias locales o de los jefes de las empresas o entidades donde se labora; los afanes de otros por conseguir un contrato antes de que entre en vigencia la ley de garantías; las diversas modalidades de trasteos, compra y venta de votos; las carreras saltando de partido en partido para gestionar los avales de los mismos o en su defecto, la consecución de firmas suficientes para poder aspirar a los cargos de elección popular. Con estos y otros fenómenos, se dejaron en un segundo plano las construcciones políticas colectivas y se reemplazaron por burocracias que compiten por el dominio de la opinión pública a través de falsos dilemas y debates, donde en nombre de la democracia no hay inconveniente en transitar de un partido a otro, así sus planteamientos fueran sustancialmente opuestos.
En algunas regiones los problemas se agudizan por la presencia del narcotráfico y el paramilitarismo, pero en el país en general se han reproducido unas formas de hacer política, que no necesariamente tienen que ver con la guerra sucia de los diferentes sectores de la derecha, sino con la ausencia de formación política, la crisis ideológica en que se encuentra el movimiento social y político, la misma corrupción de algunos dirigentes del mismo y la ausencia de referentes políticos alternativos al sistema capitalista.
Bogotá no ha sido la excepción; los candidatos han proyectado el debate sobre construcciones mediáticas. Por un lado los sectores de derecha explotan a su favor los problemas que vive la ciudad en materia de seguridad y movilidad y se esfuerzan por convencer al electorado de que al igual que las administraciones pasadas también pueden hacer inversión social, pese a sus visiones tecnocráticas. Por otro lado los sectores de centroizquierda orientan su estrategia política hacia algunos sectores sociales como recicladores y animalistas, los cuales de alguna forma han sido beneficiarios de la administración de Gustavo Petro, pero como el apoyo de estos sectores no basta para una contienda electoral, los sectores de centroizquierda también se valen de discursos prestados que capten los votos de otros actores de la sociedad que demandan mejoras en la seguridad, recuperación del espacio público, construcción de infraestructura, entre otros aspectos que implican alinearse con las políticas del gobierno nacional.
Pero los problemas de Bogotá no se reducen a la capacidad para brindar subsidios y asistencia social o a los problemas de movilidad, tampoco a los conflictos de inseguridad. Bogotá, no es solo una ciudad estratégica para la región o el país, su sociedad se encuentra subordinada a los intereses del capital transnacional; megaproyectos como Plan Centro, Plan Aeropuerto El Dorado, Ciudad Salud, Proyecto Ministerios, Ciudad Región para la inversión y el turismo internacional entre otros, han sido diseñados para los intereses de los grandes inversionistas extranjeros y nacionales, no para los habitantes de la ciudad, de hecho ha originado el desplazamiento de varios de ellos vía expropiación administrativa y subiendo los costos de vida en barrios populares afectados por estos proyectos, pero estos temas no son el centro de los debates electorales. Por supuesto para los sectores de derecha, la intervención a sus anchas de los inversionistas extranjeros o la expansión de los procesos de privatización no representa un problema, pero por lo menos en teoría los partidos y candidatos de centroizquierda si tendrían que tomar posición y asumir compromisos frente a estos temas, pero esto no sucede, en parte porque no es objeto de controversia electoral el papel o los límites del capital privado en la administración pública, dado el poder del sector empresarial nacional y extranjero, sería una temática con pocos réditos electorales y muchos déficits, por lo menos si se mira desde la óptica de la política tradicional, reducida al ámbito electoral y mediático. Por el contrario, en esa misma lógica muchos sectores de izquierda en Colombia buscan diferenciarse y tomar distancia de procesos políticos en nuestro continente que han impuesto límites a la propiedad y han consolidado parcialmente la nacionalización de ciertos recursos como es el caso de Venezuela Bolivia y Ecuador.

No obstante, es necesario hacer la reflexión desde una visión más amplia de la política, donde no solo se trata de llegar a la administración desde las individualidades y mucho menos si se llega a administrar los intereses de las clases dominantes o de la mano de estas mismas, es necesario construir la política desde las demandas, las iniciativas y propuestas de las clases populares.         

El Acuerdo de Justicia: ¿Fin de la Impunidad? Gearóid Ó Loingsigh



El acuerdo sobre la justicia firmado entre las FARC y el gobierno colombiano el pasados 23 de septiembre fue anunciado con bombos y platillos. Al igual que los otros acuerdos, estalló un gran regocijo entre las ONG, el gobierno, una parte de la prensa y los llamados intelectuales. Olvidaron por completo que las FARC en un comunicado del 2014, había declarado que no se someterían a la justicia. Pero como todo lo dicho por las organizaciones insurgentes en distintas partes del mundo, lo que anuncian que no harán, es el más claro indicio de lo que piensan hacer. Así tenemos un acuerdo sobre la justicia.

¿Realmente se justifican el optimismo, el alegría y la esperanza? Y si son justificados, ¿qué significan? Cuando las FARC firmaron los otros acuerdos sobre la cuestión agraria, drogas y participación política tuvimos que aguantar las declaraciones de las ONG y los llamados intelectuales anunciando, no sólo el fin venidero del conflicto sino la transformación del país. Cuando finalmente publicaron esos tres acuerdos pudimos ver cuán equivocados estaban, o mejor dicho, cuán cínicos eran. El Acuerdo Agrario es un documento patético, vacío de contenido, que no sólo no acuerda una mínima reforma agraria, sino que la descarta y enfoca la cuestión sobre las tierras de narcotraficantes y no las tierras de la oligarquía contra la cual las FARC se sublevaron hace tantos años. Además, no dice nada que no exista en la legislación actual de Colombia. Cómo lo señaló, en su momento, la senadora Claudia López:

Es muy importante que hayan hecho público los acuerdos con las Farc. No veo en esos acuerdos nada exótico, al contrario, yo los leo y me pregunto: ¿por esto nos hemos matado 60 años, por esto nos hemos dado tanto plomo, por esto hay seis millones de víctimas? ¿Por esto, por actualizar el catastro, por acordar que se financie el desarrollo rural, garantizar que a la gente no la maten si hace política? Esto a mí lo que me produce es vergüenza de patria. La gran revolución de las Farc terminó exigiendo que se cumplan las leyes que ya teníamos. Qué pena con el país, con las víctimas. Semejante matazón por cosas tan elementales.1

Tiene toda la razón. Ni siquiera el fondo de tierras es nuevo. En Colombia existe desde los años 60 una especie de fondo de tierras, se llamaba Incora y hoy en día se llama Incoder. Funciona mal, no hace lo que se debe, pero es un fondo de tierras, nos guste o no. Claro, este fondo de tierras es corrupto en extremo hasta tal punto que en vez de entregar tierras a los campesinos entregó 38.000 hectáreas, en Vichada, a parapolíticos y amigos del paramilitar Macaco.2 Existe también un modelo agrícola que desmiente cualquier intención de hacer siquiera una reforma parcial. Ese modelo es la entrega de baldíos de la nación a grandes empresas extranjeras y nacionales, lo que un analista ha llamado el modelo Riopaila.

La empresa compró 42 mil hectáreas en el Vichada para lo cual constituyeron 27 S.A.S. (Sociedad por Acciones Simplificada) a las cuales Riopaila les prestó el dinero para comprar los terrenos. A su vez estas “empresas” le arrendaron los terrenos a Riopaila por el término de 30 años y por el mismo valor de los baldíos.3

El caso de Riopaila no fue el único y todo eso ocurría mientras las FARC “negociaban” el Acuerdo Agrario. De pronto lo más decepcionante fue que sus puntos claves eran nada más que una copia del acuerdo firmado entre las URNG en Guatemala,4 país donde sabemos sin lugar a dudas que no hubo ninguna reforma agraria, sino una contra-reforma agraria a punta de proyectos palmeros, azucareros y minero-energéticos.

El Acuerdo de Justicia

Entonces, viendo como fue con el Acuerdo Agrario, ¿cómo nos puede ir con el Acuerdo de Justicia? El gobierno anunció el fin del conflicto para marzo del 2016 y salieron los de siempre a decirnos que gran acuerdo era. Valga aclarar que por el momento solo tenemos acceso al comunicado conjunto, el acuerdo como tal no se ha publicado. Aún así, se ha levantado mucha polémica. Aquí no vamos a referirnos a las diatribas de la derecha colombiana representada por Uribe, pues en todos los procesos de paz, las estupideces y bobadas de esa clase de gente solo sirven para distraernos de la realidad.

El acuerdo tiene varios puntos como una jurisdicción especial para juzgar a los guerrilleros, participación de jueces extranjeros, juzgamiento de agentes del estado y mecanismos para establecer la verdad, o mejor dicho asegurar que los que entran en el proceso digan todo la verdad.

Algunos comentarios enfatizaron el hecho de que también se juzgarán a agentes del estado y que el acuerdo reconoce la existencia de delitos políticos y delitos conexos por los cuales nadie será juzgado. Es decir, que el guerrillero que mata en combate no será procesado. Eso es visto como un avance y logro de las negociaciones. Pero debemos recordar que la idea de que el guerrillero es un criminal es algo relativamente nuevo y forma parte del nuevo orden mundial después del ataque a las torres gemelas. Antes se veía como un sublevado en armas, un actor altruista que no buscaba un beneficio personal. Así, ese logro es muy relativo, aunque no por eso, deja de ser importante.

Pero, no es cierto que los crímenes del estado se pongan al mismo nivel de la insurgencia. El acuerdo no dice eso, sino todo lo contrario. Mientras, los “intelectuales” aplaudían sin reservas al acuerdo cómo algo histórico, el Movice (Movimiento de Víctimas de Crímenes del Estado), se atrevió a hacer unas preguntas pertinentes y un cuestionamiento sobre el alcance del acuerdo.

Al Movice le preocupen varias cosas: el mecanismo para seleccionar los casos y los postulantes a la jurisdicción especial; los agentes del estado recibirán un tratamiento especial; no se sabe cuántos fiscales se encargarán de los casos de agentes de estado; la falta de claridad frente a la no repetición de los responsables de crímenes del estado, entre otras cosas. Respecto a los crímenes del estado el Movice afirma:

De otro lado, en la mayoría de crímenes de Estado no se han siquiera vinculado dentro los procesos penales a los máximos responsables y beneficiaros de estos hechos, por lo que el mayor número de casos no se remitirán a la Jurisdicción para la Paz y continuarán en la impunidad, repitiendo lo sucedido con la llamada Ley de Justicia y Paz, en donde la mayoría de los paramilitares desmovilizados nunca fueron investigados por su responsabilidad en crímenes internacionales y por tanto, nunca pasaron por el procedimiento establecido en la Ley 975.5

Efectivamente, en el proceso con los paras nunca tocaron a los máximos responsables, nunca tocaron a las empresas. Salvatore Mancuso declaró que la mayoría de las petroleras en Casanare pagaban a las AUC y sin embargo, no se les abrió investigación. En 2006, José Felix Lafaurie, capo máximo de los ganaderos agrupados en Fedegan, reconoció que los ganaderos habían financiado a los paramilitares de las AUC y además dijo que poseía información sobre los pagos de empresas nacionales, internacionales, palmeras y arroceras.6 No le pasó nada, nunca fue investigado, y tampoco le pidieron la información que tenía. Hay quienes quieren promover la ingenua esperanza entre la gente que gentuza como Lafaurie serán procesados, o que ellos contarán la verdad. Si no pasó en el momento del proceso con los paramilitares, no va a pasar ahora en el proceso con las FARC.

Las organizaciones de derechos humanos andan por el mundo promoviendo ilusiones en los sistemas de justicia y en los acuerdos de paz que se celebraron en otros países, sin siquiera mirar cual fue el resultado real de esos procesos. Así se habla de Sudáfrica como si fuera un gran éxito. Algunos policías no fueron indultados por sus crímenes pero a De Klerk, el máximo jefe de los escuadrones de la muerte, de los torturadores, del sistema de apartheid en sí, pues a él le dieron un premio nobel. Tal fue la impunidad en Sudáfrica que nunca tocaron a ninguna de las empresas beneficiarias del sistema y hoy en día Colombia es víctima de ese proceso, pues la empresa minera Anglogold fue uno los principales beneficiarios y victimarios del apartheid y ahora anda suelta por Colombia. No solo ha podido implantarse en este país, será uno los beneficiarios de la paz en Colombia, como lo fue en Sudáfrica.

En el 2012, la policía asesinó a 34 mineros en Marikana, Sudáfrica. Uno de los directores de la empresa minera era Cyril Ramaphosa, hoy vicepresidente del país. La impunidad no es solo para las empresas de ayer sino para las de hoy también.

Si miramos a Guatemala, vemos que allí no hubo justicia para las víctimas de crímenes del estado. Después de mucha presión se hizo un intento de llevar al genocida Ríos Montt a juicio responsable por la masacre de 200.000 personas, y el intento fracasó. Fracasó a pesar de que el Acuerdo Global Sobre Derechos Humanos, firmado en 1994 estipuló que:

1. Las partes coinciden en que debe actuarse con firmeza contra la impunidad. El Gobierno no propiciará la adopción de medidas legislativas o de cualquier otro orden orientadas a impedir el enjuiciamiento y sanción de los responsables de violaciones a los derechos humanos.

2. El Gobierno de la República de Guatemala promoverá ante el Organismo Legislativo, las modificaciones legales necesarias en el Código Penal para la tipificación y sanción como delitos de especial gravedad, las desapariciones forzadas o involuntarias, así como las ejecuciones sumarias o extrajudiciales. Asimismo, el Gobierno promoverá en la comunidad internacional el reconocimiento de las desapariciones forzadas o involuntarias y de las ejecuciones sumarias o extrajudiciales como delitos de lesa humanidad.
3. Ningún fuero especial o jurisdicción privativa puede escudar la impunidad de las violaciones a los derechos humanos.7

Así de claro. El documento también prohíbe expresamente grupos armados de justicia privada. Aunque llevaron a juicio a algunos militares, generalmente de bajos rangos, hubo impunidad total para los altos militares, entre ellos Ríos Montt, y por supuesto hay una impunidad reinante frente a los asesinatos cometidos por los grupos de justicia privada hoy en día, no obstante la conformación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala. Sin embargo, impunidad es lo que hay. En su reciente informe Amnistía Internacional señala:

En mayo, el Congreso aprobó una resolución no vinculante en la que manifestaba que no se había cometido genocidio durante el conflicto armado interno. La resolución contradecía frontalmente una investigación realizada por la ONU en 1999 que concluía que durante el conflicto, en el que 200.000 personas murieron y 45.000 fueron sometidas a desaparición forzada, se habían cometido genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Más del 80 por ciento de las víctimas de homicidio y desaparición forzada durante el conflicto eran indígenas mayas.8

Mientras tanto, el mismo informe señala que:

En julio, Fermín Solano Barrillas, ex miembro de la oposición armada durante el conflicto armado interno, fue condenado a 90 años de prisión por dirigir la masacre de 22 personas perpetrada en 1988 en El Aguacate, departamento de Chimaltenango.9

Es decir, que mientras Ríos Montt sale libre y el Congreso dice que el genocidio cometido por él y otros es un cuento de hadas, sí se persiguen a los ex guerrilleros. Puede que tengan toda la razón con el caso del guerrillero, pero no deja de ser un contraste fuerte con el caso de Ríos Montt.

Es una clara muestra de lo que se puede esperar. En Colombia, podemos decir claramente que no habrá mayores sanciones contra altos oficiales y mucho menos contra políticos a raíz del acuerdo sobre la justicia. En El Salvador se aprobó la Ley de Amnistía de 1993, un año después del final del conflicto, esa ley es la garantía de impunidad en el país y la razón por la cual los militares, políticos y empresarios duermen tranquilos todas las noches.

Juzgar a los políticos

La tinta sobre el papel no había secado y ya estallaron las primeras controversias. El Fiscal General de la Nación, en declaraciones a la prensa, dijo que bajo el nuevo acuerdo se perseguiría penalmente al ex presidente Uribe Vélez. El estado reaccionó rápidamente “El ministro de Justicia, Yesid Reyes, quien se pronunció en ese sentido, explicó que  ‘jamás se pensó que los expresidentes tuvieran que acudir a ese tribunal’ y agregó que esas salidas ‘terminan haciéndole daño al proceso’.”10

Hay que escuchar bien al ministro, no solo se descarta cualquier posibilidad de juzgar a semejante personaje como Uribe sino dice que quienes lo proponen dañan el proceso de paz. Esta frase se escuchará mucho en el futuro, “en nombre de la paz, no pidan más, no exijan más,” las víctimas buscando justicia serán los nuevos terroristas que quieren desestabilizar al país. Eso no sólo se ha visto en otros países, sino en Colombia hemos visto ejemplos de eso cuando la iglesia exige a las víctimas que perdonen a los victimarios, tal como dijeron explícitamente en el proceso con los paramilitares.11 El perdón es sólo la mitad de la consigna Ni Perdón, Ni Olvido. Habrá que perdonar y habrá que olvidar. Eso es lo esencial del acuerdo respecto a los agentes del estado.

No sólo se debe juzgar a Uribe, sino a todos los presidentes, pues Uribe no hizo nada que no hicieron ellos en algún momento, inclusive sus acciones en los noventa como gobernador de Antioquia fueron amparadas por el decreto de Gaviria, y el gobierno de Samper. No montó a las Convivir solo. Lo hizo aplicando la legislación vigente y con el beneplácito del estado.

Humberto de la Calle en el banquillo

De paso podemos pedir que el jefe del equipo negociador del gobierno colombiano sea juzgado por esa jurisdicción especial. De la Calle fue ministro del interior en 1990 y 1991 cuando la masacre de Trujillo llegó a su punto más feroz. La III división del ejército, bajo el mando de Manuel Bonnet (futuro jefe de las fuerzas armadas) asesinó a centenares de personas. Bonnet no asumió ninguna responsabilidad, ni siquiera por línea de mando, pero el Presidente Samper sí aceptó la responsabilidad del estado por esa masacre. Entonces, ¿será que los ministros de gobierno entonces tienen alguna responsabilidad y si no la tienen, por qué?

Pero las hazañas de Humberto no terminan ahi. Fue vicepresidente en el gobierno de Samper, durante los primeros dos años. Renunció por una cuestión ética, la entrada de dineros del narcotráfico a la campaña electoral de Samper. Eso fue algo importante y ético para él, sin embargo, no renunció por las Convivir. Es decir, formar, organizar, dotar de armamento a grupos de civiles, quienes luego asesinaron a otros civiles y se convirtieron en la fachada legal de los grupos paramilitares no fue una cuestión ética. No es descabellado proponer que De la Calle sea juzgado en esa jurisdicción especial y que nos cuente TODA la verdad para obtener los beneficios jurídicos aplicables en el caso.

Pero nada de eso ocurrirá. Como en todos los otros procesos de paz, los principales beneficiarios no perderán su estatus de beneficiario y sus privilegios, y por supuesto no perderán su libertad y la razón es sencilla, pero casi nunca se dice: las FARC perdieron la guerra, el estado ganó. La única persona que ha dicho eso, es Humberto de la Calle. Los procesos de paz se basan en una mentira, que nadie gana, ni pierde y que la paz, es un proyecto de todos. Pero no lo es. Las FARC se retiran de la batalla y se disuelven, el ejército oficial no. Está claro quien gana una guerra, pues quien se queda en pie y el vencedor echa la culpa por todos los males que aquejan el país, todo el horror de la guerra, todo el sufrimiento a un solo actor, el perdedor. Es por eso las FARC serán juzgados: perdieron, y como una migaja algunos militares de bajo rango pueden ser juzgados, aunque con un tratamiento especial.

El periodista William Ospina lo describió bien en su columna de El Espectador:

Pero aunque las Farc admitan ser las principales responsables de los crímenes y las atrocidades de esta guerra, yo tengo que repetir lo que tantas veces he dicho: que es la dirigencia colombiana del último siglo la principal causa de los males de la nación, que es su lectura del país y su manera de administrarlo la responsable de todo. Responsable de los bandoleros de los 50, a los que ella armó y fanatizó; de los rebeldes de los 60, a los que les restringió todos los derechos; del M19, por el fraude en las elecciones de 1970; de las mafias de los 80, por el cierre de oportunidades a la iniciativa empresarial y por el desmonte progresivo y suicida de la economía legal; de las guerrillas, por su abandono del campo, por la exclusión y la irresponsabilidad estatal; de los paramilitares, que pretendían brindar a los propietarios la protección que el Estado no les brindaba; responsable incluso de las Farc, por este medio siglo de guerra inútil contra un enemigo anacrónico al que se pudo haber incluido en el proyecto nacional 50 años antes, si ese proyecto existiera…

Lo que me asombra es que la astuta dirigencia de este país una vez más logre su propósito de mostrar al mundo los responsables de la violencia, y pasar inadvertida como causante de los males. A punta de estar siempre allí, en el centro del escenario, no sólo consiguen ser invisibles, sino que hasta consiguen ser inocentes; no sólo resultan absueltos de todas sus responsabilidades, sino que acaban siendo los que absuelven y los que perdonan.12

Como dijo Julio Cortázar en El Libro de Manuel “es muy importante comprender quién pone en práctica la violencia: si son los que provocan la miseria o los que luchan contra ella.” El proceso de paz con las FARC y sobre todo el acuerdo sobre la justicia niegan ese elemento. Es el estado el principal responsable de la violencia, y si buscamos criminales de guerra, los encontraremos en el Congreso de la República, en el Estado Mayor de la Fuerzas Armadas y por supuesto en el equipo negociador del estado en La Habana.

Los Reclamos del Movice

Está bien que el Movice haga reclamos, que haga preguntas, que exija la participación de las víctimas en el proceso de selección de casos etc. Pero el Movice tiene que comenzar deshaciéndose de sus ilusiones en el proceso y el acuerdo. Su lucha contra la impunidad no se acerca a una etapa final, sino apenas comienza. El acuerdo y el proceso no inauguran una nueva época de justicia y el fin de la impunidad, sino que la impunidad gozará de nuevos mecanismos y a los que buscan la justicia se les acusará de buscar el fin de la “paz” y la “reconciliación”. Tendrán que luchar como los guatemaltecos para llevar ante la justicia a personajes como Montt, tendrán que buscar fiscales valientes, sabiendo esos fiscales que por su osadía y coraje ellos serán perseguidos y hostigados como fueron sus homólogos en Guatemala.

La impunidad no es solo un problema en América Latina. En Irlanda, los responsables estatales de masacres y torturas nunca fueron identificados, ni hablar de ser procesados. Los asesinos de abogados como Pat Finucane no han sido procesados ni plenamente identificados, aunque sí se sabe que agentes estatales participaron. Los agentes británicos involucrados en los atentados de Dublín y Monaghan tampoco han sido identificados, y hasta hoy, el estado británico y el irlandés niegan la participación de agentes estatales. Se estableció una comisión para investigar la masacre de Domingo Sangriento, donde 13 civiles fueron asesinados delante de las cámaras de televisión. Esa investigación concluyó que los soldados rasos tenían algo de culpa, no los mandos militares, no el gobierno y mucho menos la reina Isabel quién condecoró el mando encargado de la masacre.

El Movice también tendrá que deshacerse de sus ilusiones en la justicia internacional. En su comunicado se refiere a la presencia de jueces internacionales como una garantía de imparcialidad. ¿Realmente creen eso? No obstante los fallos de la CIDH, la justicia internacional funciona en la práctica como una especie de imperialismo jurídico. Hasta el momento la CPI sólo ha juzgado a africanos por los conflictos allá y ha pasado por alto la participación de intereses extranjeros en todos esos conflictos. En el caso de Sierra Leona, condena a varios africanos y ni un solo europeo involucrado en el tráfico de los llamados “diamantes de sangre”. Ni siquiera se planteó la posibilidad de juzgar a algún europeo. Si se trata de juzgar a algunos militares, puede que algún juez extranjero sea imparcial, aunque debemos recordar que en años recientes el sistema colombiano ha logrado enjuiciar y condenar a varios militares de alto rango por los falsos positivos. Pero si en algún momento se intenta tocar el tema de las empresas extranjeras, los jueces internacionales no serán imparciales, como nunca han sido en ninguno de los conflictos donde los intereses económicos de los países imperialistas están en juego, y no solo se refiere a Irak y Siria sino a las guerras sucias en América Latina. ¿Acaso creen que se juzgará a los directivos de Chiquita que ya han reconocido su papel en la guerra sucia en Colombia? Un juez canadiense no dirá mucho sobre el papel de las mineras canadienses y un juez británico tampoco será tan imparcial como se cree a la hora de juzgar a BP por lo que hizo.

Quizás esperen que el juez Baltasar Garzón ayude en la lucha contra la impunidad. A fin de cuentas, es el juez preferido de las ONG de derechos humanos en Colombia, muy a pesar de ser un violador de los derechos humanos en el País Vasco, donde cierra periódicos, limita el derecho de asociación y donde procesa a reos que han sido torturados.

Si no se acepta que las FARC son derrotados militarmente y que el contenido de los acuerdos muestra una profunda derrota política, las organizaciones campesinas, obreras y de derechos humanos no podrán avanzar en su lucha contra la impunidad. Lo primero que hay que hacer es tomar cuenta de la situación en que el movimiento popular se encuentra. Entonar cantos de una falsa e inexistente victoria (o siquiera un avance) no ayuda a nadie. Hay que aceptar la derrota por lo que es y organizarse en medio de esa realidad. Actuar según la lógica de la gran victoria o avance que significan los acuerdos es prepararse para futuras derrotas aún más profundas, como ha ocurrido en todos los procesos de paz con organizaciones insurgentes, donde las organizaciones sociales no reivindicaron su autonomía frente a los acuerdos firmados, sino se sumaron a ellos de una forma acrítica y no estaban en una posición de avanzar sus luchas por haberse amarrado a acuerdos firmados entre entes ajenos: la insurgencia y el estado. Es la hora de distanciarse del proceso. A fin de cuentas, son organizaciones independientes y deben mostrarlo. El fin de la balacera no corresponde a nadie más que la insurgencia y el estado, los acuerdos sociales se negocian con los actores sociales y deben tener criterios propios. Criticar u oponerse a un acuerdo, no es lo mismo que pedir más guerra, como los mentalmente empobrecidos intelectuales quieren hacernos creer. Las opciones siempre son más amplias que la falsa elección entre más guerra o proceso de paz.
1 El Espectador (28/09/2014) Me duele que mi mamá se angustie por mí, www.elespectador.com
2 Cuellar Solano, A. ¿Conejo a lo pactado en La Havana, Caja de Herramientas Nº 00370 27/09/2013 a 4/10/2013 www.viva.org.co
3 López Rincón, J.H, Despojo de Tierras: el modelo Riopaila, Caja de Herramientas, Nº 00357 28/06/2013 a 04/07/2013 www.viva.org.co
4 Véase U.N. A /50/956 6 de junio 1996.
5 Movice, (26/09/2015)Que el acuerdo de jurisdicción para la paz no deje en la impunidad crímenes de estado, publicado en http://anncol.eu
6 Véase El Cambio No 704 diciembre 2006/enero 2007 Diez Preguntas (Entrevista con José Félix Lafaurie)
7 Acuerdo Global de Derechos Humanos, Capítulo III
8 Amnistía Internacional (2015) La Situación de los Derechos Humanos en el Mundo, AI, Madrid, pág 205
9 Ibíd.
10 Semana (29/09/2015) La metida de pata del fiscal Montealegre www.semana.com
11 El Tiempo (24/12/2006) La Iglesia tiene su archivo de la verdad pág 17

12 Ospina, W. El Espectador (26/09/2015) Los invisibles www.elespectador.com

lunes, 12 de octubre de 2015

DECLARACIÓN PÚBLICA 6° CONGRESO UNIÓN PATRIÓTICA – BASES EN REBELIÓN UNIDAD, RESISTENCIA Y LUCHA POR UNA PAZ ESTABLE Y DURADERA.

Los militantes de bases de la Unión Patriótica, realizamos en la ciudad de Bogotá, los días 9, 10, 11 y 12 de octubre de 2015, el 6° Congreso de la Unión Patriótica, luego del debate fraterno y la construcción colectiva declaramos:
  1. Que, nos oponemos rotundamente a la impunidad del Genocidio Político que continua cometiéndose contra la Unión Patriótica, exigimos castigo a los culpables, actores intelectuales y materiales: el establecimiento, la policía, el ejercito, el paramilitarismo, la burguesía colombiana, terratenientes, latifundistas, empresarios y los buitres de la politiquería colombiana jerarcas de los partidos tradicionales; los culpables actúan de manera conjunta y pretenden perpetuar el GENOCIDIO POLÍTICO CONTRA LA UNIÓN PATRIÓTICA.
  2. Que tenemos el legítimo derecho a ser reparados por ser víctimas de genocidio político independientemente de que haya diálogos, pactos o Acuerdos de PAZ entre el Estado colombiano y cualquier grupo insurgente, por lo tanto lucharemos hasta las últimas consecuencias por la verdad, la cual pasa por la memoria, creando la Cátedra de Genocidio Político contra la Unión Patriótica en las escuelas de educación básica primaria, secundaria y educación superior para la reconstrucción de nuestra identidad y el reconocimiento de nuestro territorio. Exigimos reparación integral y garantías de no repetición, del país debe desaparecer la cultura de la eliminación de quienes, pensamos, sentimos y actuamos diferente, es necesario el reconocimiento del otro.
  3. Que rechazamos la corrupción, la falta de democracia al interior de los partidos, la feria de avales, la violación del derecho a elegir y ser elegido consagrada en la Ley 130 de 1994 obligando a las colectividades a recoger mas de 50.000 firmas y alcanzar umbrales, el clientelismo, por la tanto para las elecciones regionales del 25 de Octubre, nos abstendremos de votar, anularemos el voto o VOTAREMOS EN BLANCO, ninguno nos representa.
  4. Que la lucha nuestra es por la democracia, por la posibilidad de desarrollar una acción de masas abiertas, por los cambios revolucionarios y el Socialismo, seguiremos por el camino de la transformación social en busca de un mundo a favor de las masas excluidas empobrecidas y explotadas, para ello trabajaremos:
Por el respeto a la Vida, la proscripción de la tortura, la liberación de los presos políticos. Abolir: los mecanismos de represión del estado, la militarización de la sociedad, el fuero militar, la desaparición forzada, los grupos paramilitares y paraestatales o cualquier forma supletoria.
Por una verdadera ampliación de la democracia, que conduzca a la efectiva participación popular de los medios de comunicación masiva que permitan cambiar la matriz de opinión manipulada por los partidos herederos de la doctrina de seguridad nacional.
Por la restitución del principio democrático de soberanía popular y el derecho del pueblo a decidir sobre cuestiones centrales de la vida nacional reconociéndose la iniciativa legislativa popular, la participación popular en la Juntas Directivas de los institutos de prestación de servicios públicos y en los organismos de planeación.
Por una ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE que refrende todo proceso que propenda hacia una paz con justicia social y duradera y este acorde con la realidad socioeconómica y política del país; que elimine todo elemento de represión contra el pueblo.
Por la subordinación efectiva de la fuerza pública a la autoridad civil pasando la policía a órdenes del Ministerio del Interior y dejando el carácter represivo, y las fuerzas militares se dediquen a cumplir su deber constitucional, de guarda de las fronteras y la soberanía nacional, realizando reducción en el pie de fuerza. Por el desmonte inmediato del ESMAD (Escuadrón Móvil de Antidisturbios).
Por la descentralización administrativa y territorial auténtica, que implica la asignación de los recursos fiscales suficientes para que los gobiernos territoriales puedan cumplir con las funciones constitucionales de cada gobierno territorial con autonomía.
Por la reactivación de la economía que beneficie los procesos de innovación de acuerdo a las necesidades regionales y de la mayoría nacional y no a la oligarquía y al capital transnacional.
Por una reforma tributaria participativa, democrática, equitativa, que elimine los impuestos regresivos, eliminado las prácticas monopolistas.
Por la reducción de los gastos de las fuerzas militares y de policía de manera que no podrán ser superiores a los presupuestos de los Ministerios de: Educación, Salud, Cultura, Trabajo, Justicia y Obras Publicas, así como no ser superiores a los recursos designados a la Ciencia e Investigación.
Por la Eliminación de los tratados de cooperación militar con los Estados Unidos, “OTAN”.
Por la Eliminación del servicio militar obligatorio.
Por la nacionalización de los recursos naturales renovables, estratégicos, minero-energéticos y fósiles, aboliendo la contratación con multinacionales, además de la restitución y la nacionalización de ECOPETROL.
Por la nacionalización de la banca y de todo monopolio económico y financiero.
Por la nacionalización y eficiencia de los medios de transporte por medio de la democratización y modernización de los medios de transporte público en uso de energías limpias y renovables.
Impulsar una economía internacional solidaria que elimine los tratados de libre comercio.
Financiación permanente a los campesinos productores por parte de las instituciones del Estado.
Por el respeto a los derechos de las comunidades ancestrales y afrodescendientes sobre las tierras de resguardo y la autonomía de los cabildos y demás formas de organización.
Por una Reforma Urbana que expropie los lotes de engorde y desarrollo por un plan de construcción de viviendas, cuyas cuotas no pasen del 15% del ingreso mensual del usuario.
Por el derecho al trabajo asalariado sin discriminación salarial ni sexual y con garantías sociales para ejercerlo.
Por la eliminación de la subordinación de la mujer en su relación con el hombre. Por guarderías, lavanderías y restaurantes populares creados por el Estado. Abolición del delito de aborto.
Por que el estado asuma la totalidad de la financiación de la educación en todos los niveles, ampliando cupos en Colegios y Universidades, que permita la excelencia académica. Por la abolición de la Ley 30 de 1992.
Por la abolición de la Ley 100 de 1993. Por la creación de un sistema de salud que garantice la adecuada atención sanitaria a todos los Colombianos. Por la defensa del Hospital San Juan de Todos dando cumplimiento a la Ley 735 de 2002.
Por el cumplimiento de los objetivos sociales de defensa ecológica y del ambiente, mediante suficientes recursos económicos y acciones coercitivas eficientes para frenar los abusos actuales de la propiedad privada sobre este bien social.
Por una política internacional independiente, libre de la injerencia del imperialismo de los Estados Unidos de Norte América. Por restaurar la soberanía de la patria lesionada por intereses extranjeros y por la teoría de la “seguridad nacional”. Por la integración económica latino americana y caribeña y la formación de un nuevo orden económico internacional.

¡VIVA LA UNIDAD Y LA LUCHA DE LOS PUEBLOS!

¡VIVA LA UNIÓN PATRIÓTICA!

jueves, 8 de octubre de 2015

DEBATE POLITICO EN LA UPN: VOTO EN BLANCO

Porque  la temática  me  toca (permea, me  sensibiliza), solo  se  me ocurre  citar dos  autores externos al  debate  nacional, que se refieren  a experiencias  singulares pero  con  algunas  semejanzas con la coyuntura  que se vive  hoy  en Colombia; recurro  a externos  dado  que  por hacer  reflexiones sobre  el acomodamiento  de  los discursos y las posiciones políticas según se mueva  la marea, y  en resistencia a esas malas prácticas llamar a Votar en Blanco ,   nos  han tratado  entre otros epítetos  de : derechozos, anticomunistas, aúlicos  de  Chavez, aúlicos  de Santos,  agentes  de la  CIA y  chulavitas. Traigo  entrecomillados  dos referentes  desde afuera, porque  como  lo dijera  Anna  Harendt es necesario  escuchar voces  desde afuera  para despertar las conciencias, las voces narradas  no tienen ni aspiraciones políticas,  ni filiación  con ninguno  de  los  partidos  que  se "pelean" en  la mesa.
Por que es tan importante  hacer memoria y analizar el costo de votar  por las  élites sean estas de derecha, o siéndolo se digan de izquierda.
1. Dice  Emilio  Silva  Barrera miembro de la  Asociación Para  la Recuperación  de  Memoria  Histórica:  "El trabajo de la  asociación". En: La  cultura  de la memoria. la  memoria histórica  en españa y  Alemania. Madrid, 2009.
"  cuando murió  el dictador, la sociedad  española se adentró en un proceso  de recuperación  de la democracia; pero las  élites políticas  que bautizaron  aquel  proceso como una  simple transición, estaban  construyendo una  ruptura, un olvido... Pero lo más  difícil es tratar de entender cómo los partidos  cuyos militantes  habían sido perseguidos,  torturados y, en  algunos casos, asesinados por la dictadura, habían  aprobado la impunidad  y  el punto  final para los responsables  de tales  delitos.  Algo que  esperemos  algún  día nos  expliquen  los responsables y  protagonistas  de aquel proceso político."  (ps. 174 y 175).
 Por lo menos  yo esperaría  como demandante ante  el Consejo  de Estado para la recuperación de la personería jurídica  de la UP y  como denunciante   ante la fiscalía  del caso  de genocidio político  contra la  UP, le respondieran  a este país los  hoy candidatos  por esa colectividad:
Por qué llamaron  a votar para presidencia   por un candidato  de  élite y  ha   sido verdugo del pueblo   colombiano ?
Por qué no han ido  como directivos  del partido  de la UP a declarar  ante la Fiscalía a pesar  de haber  sido  citados?
Por qué  en  2007  dejaron  abandonada una  demanda  ante  el Consejo  de Estado?
Por qué hoy  cuando la UP  tiene  personería  se lanzan  como candidatos y esgrimen  como bandera  política  ser víctimas de  genocidio, pero  al mismo tiempo  hacen  alianzas  con  los verdugos?
Para  mi tener  dudas  al respecto, me  impide   votar por  ellos; porque  eticamente y moralmente creo como  Bruno Bettelheim,  y  aquí el segundo  entrecomillado, que:
2. "Lo más perjudicial para nuestros impulsos  de vida no proviene  de las acciones odiosas y destructivas de nuestros  enemigos. Aunque  quizá  no  podamos resistirlas  físicamente, sí podemos afrontarlas psicológicamente mientras nuestros  amigos,  los  que nosotros creemos  que deberían ser nuestros  salvadores, estén a la altura de la confianza que  depositamos  en  ellos". En:  Sobrevivir.  El holocausto una generación  después.  Barcelona,  ed. Critica. 1981  (p.133)       
En ese sentido  repito las preguntas, con una  adicional , porque la hoy  vicepresidenta  de la UP, mientras  estaba   accionando  en la  Comisión  Interamericana  de  de Derechos  Humanos como demandante,  celebró  contratos como  consultora  con  el Estado   colombiano.
Confió  siempre  en la buena  fé y  en  el debido proceso,  pero  como cualquier  ciudadano  colombiano tengo derecho a preguntar, aunque se  "enojen"  y señalen  con dedo  acusador, porque  sus acciones hacen parte de la esfera  pública. 
Siempre he votado  a conciencia y por la izquierda,  sin  embargo, mientras  no tenga   "claras"  ciertas  cosillas, ejerceré  mi derecho  al sufragio  votando  en  blanco.

Jeritza   Merchán  Díaz


A pesar de que fui dramáticamente derrotado por la experta en la plaza pública, doctora Clara López, socializo el presente documento fílmico por el cual  pretendo invitar a votar en blanco - desde la izquierda - como una de las múltiples acciones posibles para confrontar a una "izquierda" autodenominada "democrática" que perdió el rumbo al hacer de las costumbres clientelistas y la imposición de sus ilustres élites su estrategia de lucha. 
Como comentarios a posteriori del evento y en un vano intento de defensa  debo recordar que el actual Ministro del Trabajo, primer alcalde de "izquierda",  promueve hoy la tercerización del empleo como algo virtuoso; lo que debe generar al interior del partido una reflexión sobre como terminan formando los cuadros directivos a la derecha.
También debo decir  que lo grave no fue  demorarse hasta el extremo para echar  a Samuelito del Polo, sino haberlo recibido. ¿Cómo carajos se recibió en un partido de "izquierda"  al nieto y adulador de un dictador que declaró ilegal al partido comunista y a las ideas de izquierda como contrarias a la democracia que él como dictador pisoteaba? Bueno se me olvidaba que hace dos años el Polo echó de sus filas  al partido comunista.
¿Cómo carajos se recibió al rojaspinillimismo en el Polo cuando su inspirador siendo  dictador inauguró en el Tolima los bombardeos a la población indefensa que luego continuó Guillermo León Valencia en  Marquetalia, dando inicio al conflicto armado que aún estamos muy lejos de resolver ? ¿Cómo no esperar corrupción del nieto adulador del dictador que, además,  tuvo en su padre Samuel Moreno  al jefe de la corrupción del régimen desde su  "cargo" de yerno del dictador?
Después de destapado el carrusel de la corrupción en una Alcaldía de izquierda debió haberse producido una sacudida  de las bases contra sus directivas  cómplices o despistadas. En un acto de responsabilidad política la segunda al mando de la Alcaldía corrupta debió dar un paso al costado, por no haberse dado cuenta de lo que pasaba,  para que de las bases del partido surgieran nuevos dirigentes menos despistados.

JORGE  SALCEDO