lunes, 22 de marzo de 2021

Conmemoración del trigésimo primer aniversario del magnicidio de mi padre Bernardo Jaramillo Ossa (Manizales 2-sep-55 / Bogotá 22-mar-90) Por: Bernardo Jaramillo Zapata

          Conmemoración del trigésimo primer aniversario del magnicidio de mi padre Bernardo                                               Jaramillo Ossa (Manizales 2-sep-55 / Bogotá 22-mar-90) 

Por: 

Bernardo Jaramillo Zapata

 


Cuando se cumplen 31 años del vil asesinato de Bernardo Jaramillo Ossa, mi padre, cometido el jueves 22 de marzo de 1990 – aún lo recuerdo como si hubiera sido ayer – quien fuera senador electo por el departamento de Antioquia y candidato presidencial para la fecha de los hechos; me pregunto: ¿si su pensamiento y anhelo de una Colombia en paz y dignificada por la grandeza de su gente se ha materializado?, ¿si persiste en el imaginario de los colombianos la construcción de una sociedad diferente y más justa?, que no fuera indiferente a las necesidades de las grandes mayorías y al desarrollo de todo un país, donde se respetara siempre la propiedad y honra de cada persona, pero cumpliendo al mismo tiempo la materialización de todos los derechos que nos amparan. 

 

Hoy, en una nueva conmemoración de esta muerte tan lamentable para todo Colombia, escribo estas letras como un pequeño homenaje a mi papá justo cuando se cumplen más de tres décadas de su muerte. Y hablo sobre el hecho de que siempre tendré un dolorcito basal por su ausencia, así el grueso del duelo se haya superado ya, pues solo queda en mi la esperanza de que dichos anhelos se materialicen algún día para el bienestar de TODOS.

 

También recuerdo un par de anécdotas pues mi padre era tan humano como chistoso. Entonces este resultó ser un artículo casi de tragicomedia.

 

Siempre me dolerá su ausencia. Pero lo bonito del asunto es como habiendo sido una tragedia familiar, resultó ser también parte importante de la historia de mi país. Cómo la visión del hombre político y extraordinario ser humano que fue mi padre, pudo calar tan hondo en el respaldo de la sociedad y la política del país durante el mismo tiempo.

 

Mi papá murió el 22 de marzo de 1990 en Bogotá, Colombia, a la edad de 34 años, cuando fungía como Representante a la Cámara por el departamento de Antioquia y se desempeñaba como candidato presidencial por la UP y propendía por la unidad patriótica de toda la sociedad colombiana para encontrar caminos de paz y verdadera democracia.

 

Yo era un niño de escasos 8 años de edad cuando asesinaron a mi papá; sin embargo, aún logro recordar nítidamente su voz, porque era un vozarrón difícil de olvidar; recuerdo su simpleza y a la vez la autoridad con que nos instruía a mi hermana y a mí, siempre lleno de amor y buen ejemplo para nosotros; e incluso creo recordar la desmedida pasión que le ponía a su trabajo, a su forma de vida. Quien terminó convirtiéndose en un audaz político, desde esa época en la que todavía se encontraba en la zona del Urabá antioqueño, donde finalmente inició su carrera política, tan corta, pero a la vez tan colosal y proba. Y la obsesión de contribuir a la solución política del conflicto que vivía el país; que dicho sea de paso se siguen afrontando en la actualidad situaciones de amplia complejidad en los factores económicos, políticos y sociales.

 

 

Luego, me ha tocado también reconstruir la persona e imagen de mi padre por aquellos contemporáneos y compañeros suyos, quienes terminan por describir más al hombre que al ser político. Mi madre, quien es oriunda del municipio de Apía (Rda.), recuerda como estando él a orillas del rio Apía, se quedó extasiado mirándolo y es que dijo: "qué va a hacer el hombre cuando se acabe el agua". Le gustaba jugar al futbol, aunque cuentan que no lo hacía muy bien; caminar con sus amigos de Manizales, andar en grupo y compartir sus cosas, siempre solidario con la causa ajena, reconociendo en el otro a su semejante, a su prójimo. Le gustaba escuchar música, los tangos sus preferidos, además de la salsa y el rock en español. Y acompañaba estos géneros musicales con aguardiente y baile. 

 

Como lo dije anteriormente, lo que más disfrutábamos con él era jugar y reírnos, tenía un gran sentido del humor y “maldadoso”. Cuando venía a visitarnos desde Apartadó o desde Bogotá, disfrutaba de las historias que tenía para contarnos o de los obsequios que nos traía, carros de juguete que me enseñaba a manipular. En su época de campaña presidencial, disfrutaba viéndolo por la televisión, en sus entrevistas y debates, sabíamos que era una persona importante y querida por la gente del país. Algunos de esos juguetes que mi papá me dio, ahora los disfrutan mis hijos, Bernardo quien con mucha propiedad dice que se llama así en honor a su abuelo paterno y mi niña María Antonia que defiende a su abuelo porque fue un súper héroe de la esperanza en Colombia. Cosa que, guardando las debidas proporciones, fue real.

 

Recuerdo el día en que nos regaló una foto suya del estudio de la campaña presidencia, con una leyenda que reza: "Con todo cariño y para que no me olviden. Para mis hijos que tanto quiero. BJO. Bogotá, febrero del 90". Y exactamente al mes lo mataron.

 

Treinta y un año después, pienso que, si bien han cambiado muchas cosas en Colombia, el ambiente político y la represión contra los procesos alternativos a las costumbres políticas imperantes en el país se encuentra más enrarecido que nunca, y revisten condiciones similares a las de los años de mi padre. Situaciones que en su momento lo cambiaron a él de alguna manera. 

 

A su tiempo, asumió nuevos debates ideológicos para abrirle paso a escenarios de amplitud y cambios sociales y políticos requeridos para avanzar hacia una plena democracia. Y aunque estuvo empeñado en llevar hasta el final la campaña como candidato presidencial por la izquierda, se planteó la idea de dar el debate ideológico necesario que permitiera abrir pasos a nuevos movimientos políticos, de mayor amplitud y pluralista, con visión integracionista latinoamericana. Era ese nuevo movimiento un proyecto político colombiano que se proyectaba hacía una propuesta social, ecológica, pacífica y humana.

 

Creería que, entre los mayores anhelos de mi papá, estaban la lucha consecuente por la paz; la lucha consecuente por la democracia, por el pluralismo y la tolerancia; la aspiración de practicar la política en el estricto sentido de la palabra; y generar movimientos amplios integrando a todos los estamentos de la sociedad. De manera particular, el amor a su tierra y a sus gentes, fue lo que lo llevó a no querer quedarse en el exterior, exiliado, sino permanecer en Colombia para salvaguardar las luchas de entonces, muy a pesar de condenar su propia existencia. Su empeño por la justicia social, la soberanía, la lucha por la vida, el amor al pueblo y su territorio y la apertura democrática en Colombia, reflejaron su talente en la escena política y social colombiana.

 

Mi padre decía que hay que fundir consignas rompiendo el abismo que hay entre la realidad y la imaginación, dándole un nuevo sentido a la vida, construyendo nuevos espacios para la alegría, destruyendo los rígidos muros del esquematismo partidista y haciéndonos ver que tienen igual validez la economía y la risa, la política y la poesía, el erotismo y la filosofía. 

 

Treinta y un años después del asesinato de mi padre, insisto, creo que en algo ha cambiado el país, pero le diría a mi padre que todavía Colombia necesita resolver urgentemente la tremenda crisis social y política a que ha llegado por el desgobierno de estos lustros, la violencia irracional generalizada y la injusticia social para con la mayoría de los compatriotas. Que es la hora en la cual las fuerzas de la paz, el cambio y la democracia que están presentes en todo el país deben colocarse al frente para ofrecer a la patria una alternativa real de la transformación del actual estado de cosas. Creo que la anarquía se ha recrudecido; el pueblo está completamente abandonado; los desplazamiento son incontables; los falsos positivos se volvieron recurrentes; la recuperación de las tierras es un evento insuficiente; el proceso de paz tan anhelado por todos los colombianos ha sido muy obstaculizado; la presencia militar norteamericana y las bases de Estados Unidos agota los extremos; las reformas sociales no son apreciables; la matanza de líderes sociales son una exageración; y el país ofrece un caos pese al avance tecnológico que existe, y sigue siendo el país que acoge políticas en perjuicio de sus propios nacionales, sin condicionamiento alguno.

 

Y a pesar de que su magnicidio sigue en la impunidad, diría que en estos años ha habido circunstancias que quizá sirven para llenarnos de esperanza nuevamente. Esperanzas de cambio y progreso para la nación; así como el legado que me dejó Bernardo Jaramillo Ossa, un legado que se concreta en el valor porque estoy convencido que el valor es más contagioso que todo nuestro miedo y mi papá tuvo mucho valor, ante todo, ante la vida y ante la muerte; de ahí su célebre frase: “POR LA VIDA, HASTA LA VIDA MISMA”.  

 

La muerte de B.J.O. le causó al país un tremendo impacto emocional y político. Alrededor de su féretro se reunió el más grande movimiento de protesta y de ansiedad popular; su muerte oscureció el panorama nacional y con ella perdió Colombia, porque él mismo era la expresión de todo lo que debía ser corregido y superado en la política para aproximarse a lo que ética y estéticamente exige la nueva Colombia y la nueva democracia que ha ido creciendo. Perdió el campesinado y la clase obrera en general, que quedó en la completa orfandad al ser asesinado el líder de mayor carisma y popularidad en el momento. Perdió la niñez y la juventud, porque buscar en la juventud de mi padre es encontrar un hilo conductor que nunca lo abandonaría; todo en él era fresco, no tuvo tiempo de ser viejo, de tener otros estilos, de inaugurar formas de ser diferente, de ser frio o de manejar en detalle el cálculo político. Perdió su familia, sus dos hijos, sus amigos, sus camaradas, sus compañeros y sus seguidores, porque él pudo desarrollar y ampliar su pensamiento político como se dice, por el marxismo, pero fermentado en las barras de amigos de toda condición, frente a una copa de aguardiente, vivando la alegría y cantándole a la vida, enamorando corazones, madreando en las fiestas juveniles, en las cantinas de Urabá con los obreros o incluso en el recinto del Congreso de la República ante los honorables parlamentarios y la opinión pública.

 

En conclusión, Colombia perdió una mente abierta y brillante, un ser humano con el cual iba a prevalecer el beneficio colectivo; con su asesinato nos arrebataron la oportunidad de un cambio social, de una renovación política y, a su vez, asesinaron también la lucha incansable por la paz, la democracia, el diálogo, la libertad, la valentía y el cambio.

 

A la final…todos perdimos; perdimos todos.   

 

Si algo queda de mi papá, ojalá, además de su recuerdo entre las masas y los ciudadanos de ahora, sea su espíritu libertario (dotado de razón), el cual me inspira a hacerle este pequeño homenaje justo cuando se cumplen 31 años de su muerte.

 

Gracias por leerme,

 

 

 

Bernardo Jaramillo Zapata

Ingeniero y Abogado Profesional, Especialista en Derecho, Ciudadano Independiente | Freelance Writer, Editor.

Lugar de Residencia | Pereira, Colombia

Email: comunicacioneslibre@gmail.com

 

 

Fecha de Publicación: 22-mar-2021.

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA ¡NO PERMITAMOS QUE EL GENOCIDIO CONTRA LA UNIÓN PATRIÓTICA QUEDE EN LA IMPUNIDAD!

 

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA 

¡NO PERMITAMOS QUE EL GENOCIDIO CONTRA LA UNIÓN PATRIÓTICA QUEDE EN LA IMPUNIDAD!


El pasado 8 al 12 de febrero se desarrolló la audiencia pública del caso: Integrantes y militantes de la Unión Patriótica (UP) vs Colombia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH); dicha audiencia, dejó en evidencia lo que hemos venido denunciando desde la recuperación de la personería jurídica de la Unión Patriótica (gracias a demanda interpuesta en el año 2010 por los ciudadanos Jaime Araujo Rentería, Jorge Ignacio Salcedo, Jeritza Merchán Diaz y Ricardo Pérez González (Sebastián González) (Consejodeestado-comunicado.pdf), ratificamos que la personería jurídica fue usurpada por la actual dirección nominal en donde se encuentran sobrevivientes que estaban en el exterior y la sra Jahel Quiroga directora de la corporación reiniciar, de quien hemos alertado públicamente y en los diferentes entes de control, que aún no rinden cuentas económicas y políticas por la firma de contratos en el marco del plan Colombia con el gobierno de Andrés Pastrana Arango (contratosplancolombia.pdf) y por la suma de más de $95.015.986.000 - noventa y cinco mil quince millones novecientos ochenta y seis mil pesos, recibidos a nombre de la Unión Patriótica por parte del estado colombiano (Ministeriodelinterior - elabora reiniciar.pdf).


Al finalizar  la audiencia pública el juez Eduardo Vio Grossi dijo:  

“Este caso me ha llamado la atención, entre otras razones, porque fue interpuesto por el estado creo 16 días antes de que la comisión lo sometiera a la corte, fue el estado, me puse a pensar ¿Qué hubiera pasado si la comisión no somete el caso ante la corte?¿qué hubiera pasado con la presentación del estado? me hago esta pregunta porque es un caso inédito, normalmente se entiende que una denuncia contra un estado y que puede ser también de un estado contra otro estado, eso es claro en lo que se refiere a la comisión, según la reglamentación, parece que no es tan claro, parece, de acuerdo a la ley, al texto de la ley, al texto de la convención, porque  es más amplio, aquí entonces ocurre que una misma entidad cumple dos roles, acusador y acusado, demandante y demandado (…) este es un caso novedoso y por eso es mi reflexión (…) ¿está previsto realmente en la convención que un estado se pueda (por así decirlo) autodemandar, autodenunciar, autoacusarse? y además porque al señalar los fundamentos para operar así, en este caso aduce a razones que son más bien una defensa del estado, más que razones acusatorias así mismo (...) ¿es posible esta figura? (...) ¿no seria que podemos quebrar el sistema, fizar el sistema, afectar el sistema y que los estados empiecen a usarse esta figura para adelantarse a alguna una acusación, para señalar argumentos que a lo mejor lo podrían hacer ver en otra circunstancias, etc?”

(https://www.facebook.com/126256360759057/videos/52624272168757) video de la audiencia pública del 12 de febrero, intervención del juez Vio Grossi - ver a las 2 horas con 33 minutos ).


Como militantes del partido UP y sobrevivientes del genocidio político, señalamos que el estado colombiano se lleva así mismo a una corte internacional porque desde que el caso fue interpuesto en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Comisión IDH) en el año de 1993, existe contubernio entre el estado colombiano y uno de los representantes de las victimas de la Unión Patriótica, a saber, la Corporación Reiniciar en cabeza de la señora Jahel Quiroga Carrillo; quien a pesar del hecho notorio del genocidio político contra la Unión Patriótica, realizó dos intentos de acuerdos amistosos: Uno de ellos en el gobierno del genocida Álvaro Uribe Vélez (Unión Patriótica rechaza acuerdo amistoso con Estado en CIDH - Archivo Digital de Noticias de Colombia y el Mundo desde 1.990 - eltiempo.com);, en la audiencia pública el estado de manera revictimizante alegó reconocer solo 219 víctimas de las más de 6500 documentadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (debido a acción política orientada por la junta directiva de la UP del momento (a la que tambien pertenecia Sebastian Gonzalez -uno de los recuperadores de la personería jurídica), donde Jahel Quiroga fungía como delegada de derechos humanos del partido político Unión patriótica y no como Organización no Gubernamental (ONG) Reiniciar, con anterioridad hemos denunciando y ratificamos que existe revictimización por parte del establecimiento colombiano, que continúa ejerciendo acción genocida por razones políticas y desde la Corporación Reiniciar, quienes en cabeza de su directora Jahel Quiroga han rechazado casos de víctimas, dando mal manejo, al punto de que los documentos radicados han sido perdidos y han estigmatizado a familiares de las víctimas señalando irresponsablemente a los torturados, muertos o desaparecidos de “guerrilleros” (razones que asumen para no tomar los casos), la Corporación Reiniciar de manera reiterada invisibiliza, desconoce sobrevivientes y militantes víctimas de genocidio político, - entre ellos los casos de la familia Forero: Luz Mery Forero se encuentra en el exilio debido  a que fue victima de un atentado en búsqueda de justicia por el asesinato de dos hermanos y la desaparición forzada de uno la ONG reiniciar le informa que "no aparece" la carpeta con los documentos del caso de su hermano desaparecido, hecho que a la fecha no se resuelve; la Familia Mayuza: Nieves Mayuza fue prisionera política,  le asesinaron cuatro hermanos (de quienes se aportaron las 4 carpetas con toda la información de los crímenes y la Corporación Reiniciar señala que "no están allí") y ha sido revictimizada por razones políticas e ideológicas, por  exigir la verdad, justicia y reparación más allá de remuneraciones económicas; Ernesto Moreno fue alcalde del Castillo (Meta) por la UP, tiene medidas cautelares por parte de la Comisión y sin embargo su caso ha sido invisibilizado por la ONG Reiniciar ante la Corte IDH; Francisco Arteaga fue personero de Cartagena del Chaira, militante de la UP, víctima de amenazas y persecución, ha sido desconocido como sobreviviente por parte de la ONG Reiniciar; Guillermo Banguero, quien fue tesorero nacional de la UP, aun no tiene certeza de su caso o reconocimiento como víctima por la ONG Reiniciar; además,  la señora Jahel Quiroga revictimizó a Luisa Santamaria (hija de Gabriel Jaime Santamaria Diputado por la UP y vicepresidente de la Asamblea Departamental de Antioquía quien fue asesinado) a denunciarla penalmente por un comentario en redes sociales, donde alertaba de las denuncias hechas por varios sobrevivientes de la UP contra la ONG Reiniciar.


El estado colombiano  en la audiencia pública presentó la Justicia Especial de Paz (JEP), como garantía de justicia en el caso Unión Patriótica, lo cual es incoherente e incompetente, ya que los conocedores de la verdad,  actores intelectuales y determinadores del genocidio político contra la UP no será investigados, ni juzgados en la JEP, y su testimonio será recibido sólo si deciden ir de manera voluntaria (“La JEP no investigará a ningún presidente o expresidente”: Hernán Penagos)


El 5 de febrero como ciudadanos, simpatizantes y militantes de Bases en Rebelión de la Unión Patriótica, presentamos documento “Amicus Curie”  ante la Corte IDH para dejar en claro: Que no nos representan como sobrevivientes, víctimas y militantes, ninguna de las partes; denunciamos que las señoras Jahel Quiroga y Stella Aponte se acercaron a torpedear la denuncia penal al estado colombiano por el delito autónomo de Genocidio Político que cursa en la fiscalía 47 (fiscalia acepta denuncia UP-2012.jpg, DENUNCIA  GENOCIDIO UP-FISCALIA.pdf);, alertamos a la Corte IDH sobre la posibilidad de que su falló podría coadyuvar a la etapa de legitimidad del genocidio político,  al crear un imaginario de un “hecho pasado” y juzgado internacionalmente, cuando la realidad objetiva es que el genocidio político contra la Unión Patriótica continua cometiéndose y no hay garantías reales para la no repetición, como lo evidencia: Las ejecuciones extrajudiciales a jóvenes, los asesinatos sistemáticos a los líderes sociales, asesinatos selectivos y sistemáticos a los firmantes del acuerdo de la Habana (en su mayoría exmilitantes de la UP, víctimas de segunda y tercera generación, quienes en el año 1987 se vieron en la obligación de retornar a la lucha armada o ingresar a esta para sobrevivir al genocidio político, porque el partido político que los acogería en la vida civil estaba siendo exterminado); excandidatos de la pasada elección electoral por la Unión Patriótica y militantes de base, en la actualidad están siendo víctimas de montajes judiciales. Así, el fallo de la Corte IDH podría conducir a una revictimización, de no tener en cuenta que todas las victimas no se encuentran representadas y por el contrario han sido invisibilizadas por el estado y por uno de los representantes de las mismas víctimas; señalamos que el delito autónomo de Genocidio Político no está contemplado en la Convención Americana de Derechos Humanos, por lo tanto la Corte IDH no sería competente para generar un fallo que juzgue a los responsables individuales por acción o por omisión del Genocidio Político contra la UP; sin embargo, respaldamos, esperamos y solicitamos a la Corte IDH que al generar su fallo de Crimen de Lesa Humanidad, tenga presente la importancia de la reparación colectiva, ideológica y política, como la reconstrucción de la memoria histórica, la identidad y el territorio, categorías que se deben fortalecer en una reparación real a la acción genocida por parte de un estado. Exigimos garantías de no repetición, que se sepa toda la verdad, que exista reparación real, más allá de la económica e individual.

 

Continuamos llamando a la solidaridad, a generar acciones de unidad para que el Genocidio Político contra la Unión Patriótica no quede en la impunidad, a que se sepa toda la verdad,  que se juzgue a los responsables, a los determinadores y sus colaboradores, que se juzgue colectiva e individualmente a los miembros del estado que se encuentran todavía ejerciendo y delinquiendo en las ramas del poder público; es menester seguir agotando las vías jurídicas internamente, por lo que insistimos en la denuncia penal ante la Fiscalía, para que, agotado este término, se proceda ante la Corte Suprema Justicia y de no existir justicia interna, acudir a la Corte Penal Internacional, la cual sí es competente para juicios y condenas a individuos (civiles, presidentes, expresidentes, empresarios, dueños de los medios de comunicación y altos mandos militares); exigimos que los dirigentes que hicieron riqueza personal a nombre del dolor y sangre de nuestros compañeros, sean sancionados política y jurídicamente, que no dirijan nuestro partido, porque sus actos de contubernio y revictimización los inhabilita moral y éticamente. Caminamos hacia la unidad con madurez en los objetivos en busca de una Colombia donde se ejerza la democracia sin ser eliminados por diferencias políticas e ideológicas, seguiremos exigiendo y construyendo una Paz estable y duradera, una Colombia feliz, en Paz y llena de esperanza. 



UNIÓN PATRIÓTICA - BASES EN REBELIÓN

Colombia, Marzo de 2021



UNIÓN DE JÓVENES PATRIOTAS

COLECTIVO PECXKANAMEYA

CORPORACIÓN AMERICANA DE VICTIMAS DE GENOCIDIO POLÍTICO (CAVIGEPO)



Correos: 

unionpatrioticadecolombia@gmail.com, upbasesenrebelion@gmail.com


Teléfonos: 3014393409 y  3043353184.


martes, 26 de enero de 2021

A propósito de la controversia suscitada en torno a la responsabilidad de Virgilio Barco Vargas en el genocidio político contra la Unión Patriótica. Por: Grupo de Investigación genocidio político contra la UP.

“El hombre solitario es una bestia o un dios”

A propósito de la controversia suscitada en torno a la responsabilidad de Virgilio Barco Vargas en el genocidio político contra la Unión Patriótica

 

La frase con la que titulamos esta reflexión la pronunció Aristóteles hace más de dos mil años, aún no pierde su vigencia y es más que pertinente para tratar de explicar la lógica de los debates en defensa de quien fungiera como presidente del Estado colombiano durante el periodo (1986-1990), luego de publicada la columna Virgilio Barco y el exterminio de la UP, publicada el 10 de enero de 2021, como desarrollo de una investigación periodística adelantada por Alberto Donadío. Intentar controvertir una investigación periodística como la de Alberto Donadío en relación con la responsabilidad de un presidente, aduciendo por algunos lo “buena persona” que era Barco; por otros que éste no sería capaz de gestar el crimen por padecer alzhéimer; hay quienes incluso le alaban  las “bondades” de nombrar los  alcaldes Upeistas elegidos por voto popular _ cómo era de esperase era su obligación_ si leen las condiciones ofrecidas, más no cumplidas por el Estado colombiano al naciente partido  político surgido de un intento de Acuerdo de Paz. Cualesquiera sean las razones esgrimidas por quienes lo aprecian de manera positiva, no solo lo convertirán en dios, sino en un dios mártir: Barco, será otra de las víctimas de la historia del genocidio político contra la Unión Patriótica. Irracional dirán unos, descabellado otros, infame muchos; poco sorprendente decimos como grupo de investigación, pues no sería la primera vez que, cómo maniobra del revisionismo histórico, se pretenda poner en la misma comprensión la categoría de víctima, a los verdugos.

 

 Lo que debemos entender es que Virgilio Barco, con o sin alzhéimer; buena o mala persona; bondadoso o siniestro no es el Dios Solitario del  relato de  la escritora británica Agatha Christie, era  el presidente de la República, por ende el jefe de Estado y de Gobierno, la suprema autoridad administrativa de Colombia y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, es decir, contaba con todo el poder para convertirse en bestia. No para denotar el arduo trabajo de los animales que se denominan como tal, tampoco para calificarlo como coloquialmente se nombran a las personas dotadas de poca inteligencia, sino para significar la bestialidad en relación con la perversión. 

 

Otorgarle el título de dios o bestia a Virgilio Barco al considéresele en su persona, cómo individuo, es más un asunto de criterios, pasiones personales, experiencias también personales “yo lo conocí”, “yo estuve cerca”, “yo trabaje con él”, “yo no lo creo capaz”, “yo conocí a su tatarabuelo”, etc.; respetables los sentimientos y las creencias hacia él ya sean de simpatía o antipatía, respetables claro. No obstante, el que haya actuado como presidente de forma bestial contra una identidad política que acababa de surgir, precisamente como una salida política a un conflicto armado, no es un asunto personal, es una realidad social, un hecho histórico que hace parte de la memoria colectiva.  La importancia de la responsabilidad del Estado por acción u omisión en la perpetración del genocidio político contra la Unión Patriótica no se desvanece, porque el Jefe de Estado se llame Virgilio Barco. Su responsabilidad por acción y/u omisión como Jefe de Estado y como  Comandante  en Jefe de las Fuerzas Armadas no se puede poner en duda  porque un periodista, que con la licencia  precisamente tiene por ser periodista, para guardar confidencialidad sobre su  una fuente; o porque otros periodistas y columnistas[1] del partido liberal y admiradores de Virgilio Barco desestimen la investigación de Alberto Donadío, o porque  algunos medios llamados alternativos le exijan a una investigación periodística que,  en los mismos términos y alcances, actúe  como investigación judicial para darle ahí sí validez.  

 

Son las  cifras de víctimas Upeistas, sometidas a distintas modalidades de eliminación las que demuestran que  el período Barco Vargas alcanza los mayores índices; son las confesiones que  algunos paramilitares reconocen en contubernio con militares (recordar Virgilio Barco era  el comandante en jefe de las  Fuerzas Militares) eliminaron individual y colectivamente Upeistas; es la declaración del consejero presidencial (con rango ministerial) para la paz del gobierno de Virgilio Barco[2]; son las palabras de dos los mercenarios que implican  el gobierno Barco Vargas, entre otras cosas las que también demuestran a su responsabilidad:

 

Dice Rafi Eitan, el 18 de junio de 1990 (recordar que Virgilio Barco era aún el presidente, su periodo terminó hasta el 7 de agosto de ese año): En un artículo que La revista Semana, publico como “El Mercenario” el cual recrea con el subtítulo “Yair Kelin (sic), se pasea como Pedro por su casa en Tel

Aviv vendiendo agüita en botella”, cuando el periodista le pregunta a Rafat Eitan 

 

"Por qué el caso de Klein permanece sin resolver? Una respuesta la dio al Jerusalem Post hace pocos días Rafael Eitan, miembro del parlamento israelí y antiguo jefe de Estado Mayor: "Algún día, si se decide que estas historias se puedan contar se verá que el Estado ha estado involucrado en actos mil veces más sucios que cualquier cosa que esté sucediendo en Colombia" [3]

 

El mismo Klein dice en una entrevista también publicada por Semana en 2012

 

Comenzaba el año de 1988 – (gobierno Virgilio Barco), cuatro meses después de mi primera visita a Colombia, y allí me encontraba de nuevo. El avión aterrizó en el aeropuerto Eldorado de Bogotá. Me recibió (Isaac) Shoshani (representante en Colombia de Taas, la industria militar israelí) con un hombre al que me presentó como Luis Meneses (alias Ariel Otero, teniente (r) del Ejército, segundo al mando de los paramilitares de Puerto Boyacá). Me explicó que era un oficial retirado del Ejército Nacional, que conocía a todo el mundo en la región y que sería mi guía en todo este proceso[4]. (Semana, 2012) 

 

Por lo anterior, es inaceptable que, recurriendo al reduccionismo, se intente defender lo indefendible, que el Estado colombiano, durante el periodo (19861990) bajo la presidencia de Virgilio Barco Vargas, no tuvo nada que ver con la perpetración y aquiescencia del genocidio político contra la Unión Patriótica, intentar decir que no sabía, que lo engañaron, que no estuvo presente es normalizar “fue a mis espaldas”, legitimación de impunidad que ha causado tantos dolores a este país. Pretender negar los hechos comprobables desacreditando una investigación periodística por no mencionar las fuentes, es asumir el negacionismo como forma de borramiento de las responsabilidades del Estado colombiano en el cometimiento del genocidio. Esta vez la invalidación de la realidad toma como chivo expiatorio un artículo periodístico y un expresidente, muerto “enfermito” y “buena persona”, pero ciertamente cuando de desvirtuar la responsabilidad se trate, igual intentaran convertir  en dioses a otras bestias,  recordemos  lo que plantea  Hannah Arendt en la Banalidad del mal[5]

Lo más grave, en el caso de Eichmann, era precisamente que hubo muchos hombres como él, y que estos hombres no fueron pervertidos ni sádicos, sino que fueron, y siguen siendo, terrible y terroríficamente normales.

 

Para quienes aman, admiran, loan, respetan, aluden a los Belisario Betancur Cuartas; Cesar Gaviria Trujillo; Ernesto Samper Pizano; Andrés Pastrana Arango;  Álvaro Uribe Vélez; Juan Manuel Santos e Iván Duque; siempre habrá razones para negar el genocidio político contra la Unión Patriótica, invalidar las investigaciones  que lo demuestran, macartizar a quienes se atrevan a responsabilizar estos “prohombres”, que al igual que  Virgilio Barco han sido y hoy uno de ellos es  presidente de la república,  jefes de Estado y comandantes en jefe de las Fuerzas  Militares. ¿Si por cada uno hay excusas, excepciones, entonces cómo se explica un crimen que aún hoy de manera continua, sistemática se sigue cometiendo hacia una identidad política como la Unión Patriótica? 

 

Deberíamos aprender de la decencia del colectivo historias desobedientes, agrupación que está conformada por hijas, hijos y familiares de miembros de las fuerzas armadas y de seguridad responsables de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar en Argentina, cuando en palabras de una de las hijas de un torturador dice: 

 

No hubo vuelta atrás. Él es una persona horrenda y yo no quiero a alguien así en mi vida. Siempre me repitió que había hecho lo que había que hacer, que había actuado correctamente, que los crímenes habían sido necesarios. Ah, y no los llamaba crímenes, claro. Los llamaba 'acciones'.[6]

 

Es urgente, necesario e indispensable que, como sociedad, demos el paso y digamos que no queremos a los genocidas como parte de nuestras vidas. Es igualmente necesario, darle un lugar de responsabilidad al mal, no banalizarlo más, entender que han sido los hombres normales, los que han perpetrado barbaries, vuelve y nos recuerda  Arendt, en la  obra anteriormente referida:  

 

En la medida en que realmente pueda llegarse a superar el pasado, esa superación consistiría en narrar lo que sucedió. 

 

Por lo tanto, es importante comprender que antes de condenar al narrador, es importante hacerle un juicio al verdugo, que en este caso no es un dios  solitario, ni una  bestia con incapacidad  mental, es un sistema, que  implementa unas políticas y ejecuta unas estrategias de eliminación para ello requiere; de una estructura ejecutiva, legislativa, judicial y parainstitucional, que no podrían actuar sin la comandancia y/o aquiescencia de la jefatura regida por unos gobernantes que se llaman presidentes y que se acompañan de gabinetes. La cuestión no es personal, es política La acción no es la retaliación es la restitución de la dignidad a las víctimas, sujetos políticos despojados de sus derechos; el personaje no es Barco, son los protagonistas del genocidio político contra la Unión Patriótica. Negarlo o reducir los hechos, no nos dejará transitar ni política ni éticamente, es cuestión de no tapar los hechos, sino de conocerlos, comprenderlos y transformarnos en nuestra conciencia social y humana; solo  así, de alguna manera estaremos siendo artífices no de la ignominia sino de las garantías para que ésta cese y no se repita ¡ Nunca Más!.. 

  

 

Enero 2021.



Grupo de Investigación Genocidio Político contra la Unión Patriótica

Director Perenne: Iván David Ortiz Palacios

 

 

 



[1] Las opiniones de Ramiro Bejarano y Felipe Zuleta se pueden consultar en https://www.semana.com/confidenciales/articulo/la-lluviade-criticas-contra-alberto-donadio-por-su-violenta-denuncia-sin-sustento/202117/

[2] Dr. Carlos Ossa Escobar, rinde prueba extraprocesal el 2 de junio 2011, ante el Sr. Notario Miguel Caroprese Méndez, Notaria Tercera del Círculo de Bogotá. Atendiendo al artículo 113 de la Ley 1395 de 2010.

[3] Puede consultar el artículo en: https://www.semana.com/nacion/articulo/el-mercenario/13466-3/

[4] Puede consultar el artículo en:https://www.semana.com/nacion/articulo/yair-klein-cuenta-su-historia/255142-3/

[5] Arendt, H. (1999) Eichmann en Jerusalén Un estudio acerca de la banalidad del mal. Barcelona: Lumen  

[6] Escrito de Valeria Perasso (2020). “Mi padre, el genocida": las hijas de torturadores en Argentina que rompieron su silencio y contaron el "secreto familiar".https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51223306