En homenaje al compañero Carlos Alfonso Figueroa Parra a continuación compartimos algunos escritos, donde de manera crítica y auto crítica realizó aportes para el análisis de la situación política en Colombia y la construcción urgente de una ética revolucionaria.
EN EL ANIVERSARIO DEL ASESINATO DE JAIME PARDO LEAL
Carlos Alfonso Figueroa Parra - 11 de Octubre de 2021.
Buenas tardes.
Agradezco a los compañeros del PARTIDO UP BASES EN REBELIÒN, por haberme invitado a participar en el recordatorio del crimen cometido por el estado colombiano contra el Compañero y Doctor JAIME PARDO LEAL, quien además de estos títulos, ha sido llamado EL HOMBRE DE LA UNIDAD por el escritor e investigador social, IVAN DAVID ORTIZ PALACIOS.
Es que JAIME PARDO LEAL pertenece al grupo selecto de revolucionarios que debe ser eternamente recordado por la coherencia de su vida ejemplar; pero además y particularmente, por su batallar en favor de la búsqueda de la UNIDAD DEL PROLETARIADO, EN SU LUCHA CONTRA LA CLASE DOMINANTE.
LA UNIDAD sigue siendo un objetivo que puede pasar por las ALIANZAS, sin que se deban, aunque se pueden confundir estas dos palabras que tienen significados y corresponden a dos tácticas diferentes y que son tema de suma importancia, sobre todo hoy, cuando uno de los candidatos a la presidencia del país: el doctor Gustavo Petro, nos presenta un movimiento que ha denominado Pacto Histórico, en el que plantea y ha practicado varias ALIANZAS que, a nuestro juicio, pueden terminar golpeando dramáticamente al pueblo, ya que nos parecen extremadamente semejantes a las Alianzas, que históricamente ha hecho el Partido Comunista Colombiano con otros grupos, sectores y partidos, hasta conducirnos al estado de cosas que hoy tenemos que afrontar. caracterizado por:
1º Una Izquierda más que dividida: atomizada y más que confundida: desorientada y carente de propuestas tácticas válidas.
2º. Una extrema derecha criminal, ejerciendo el poder enmascarada con la legalidad, mientras actúa soterrada, o abierta y descaradamente en forma ilegal.
3º. Un país sumido en la peor crisis económica, ética y social.
Entendemos que el Doctor Petro tiene derecho a proponer lo que le parezca, debido a que él ha dicho que no aspira a realizar cambios que modifiquen realmente el sistema económico, a través de la socialización de los medios de producción, mucho menos por el camino de la expropiación. Es decir que él se ubica en una línea liberal, o máximo en la social democracia, cuyos logros en favor del pueblo son conocidos por su inoperancia. Es decir que Petro puede ALIARSE TRANQUILAMENTE con los liberales, -algunos ya son sus aliados- y hasta con conservadores “demócratas”, -si cabe la posibilidad de esta clasificación-; pero lo que sí parece supremamente extraño es la ALIANZA con quienes en días pasados se honraban admiradores del paramilitarismo, o con miembros de Iglesias que no pueden representar el pensamiento, ni siquiera liberal.
No puedo aceptar que de aquí a un poco tiempo se vaya a decir que “el senador Petro FUE ENGAÑADO”, PORQUE SE, QUE EL VIENE DE UNA ESCUELA EN QUE SABEMOS QUE, EL QUE SE DEJA ENGAÑAR, PUEDE PAGAR CON LA PÈRDIDA DE LA VIDA; O ES QUE ÈL, ¿NO FUÈ GUERRILLERO?
Pero, para ser más claros, aprovechando que conmemoramos el asesinato del compañero JAIME PARDO LEAL, quien para ser asesinado, fue víctima de los engaños de la burguesía, queremos hacer un ligero repaso histórico del Partido Comunista Colombiano, sus “inocentes” Alianzas y otras observaciones que, han sido tomadas de documentos publicados por el mismo partido y por otros grupos de “izquierda”; de tal manera que, lo que diré a continuación, no es exactamente un análisis propio, sino una compilación de análisis hechos por otras personas que de todas maneras asumo como si fueran de mi propiedad:
ACERCA DE LAS ALIANZAS, con el fin de proponer unos CRITERIOS PARA EJERCER LA UNIDAD EN LA REALIDAD:
En Colombia no ha sido posible la toma del poder por y para el pueblo, por la vía electoral, ni por el camino de las armas.
Son varias las razones por las cuales ha fracasado el movimiento popular, pero pensamos que varias de estas razones se pueden sintetizar en LA FALTA DE CONSTRUCCION DE UNA ETICA REVOLUCIONARIA, SIN LA CUAL, NO PUEDE DESARROLLARSE, COMO NO SE HA DESARROLLADO, UNA PRACTICA COHERENTE; lo que resulta en errores en la práctica política, en la práctica de Alianzas, en la aceptación incorrecta de miembros y sanciones desproporcionadas hasta la expulsión, etc.
El gobierno colombiano no ha cesado su práctica criminal contra los movimientos de izquierda, a través de la persecución, el encarcelamiento y hasta el asesinato de sus líderes, a pesar de estar dialogando con las FARC EP “en la búsqueda de la PAZ”. Esto significa que es posible que el movimiento popular tenga que volver a tomar las armas para su defensa. De cualquier manera, tienen que tomarse medidas para su protección, ahora que la insurgencia armada ha decidido buscar otros caminos en la lucha por la toma del poder, en cumplimiento de lo que siempre ha sido su deseo: EL LOGRO DE LA PAZ A TRAVÉS DE LAS VÍAS DE DIÁLOGO. De cualquier manera, una nueva táctica debe estar acompañada de la búsqueda de alianzas y LA LUCHA POR LOGRAR LA UNIDAD DE LOS MOVIMIENTOS QUE BUSCAN EL PODER PARA EL PUEBLO.
LA UNIDAD NO ES UN ANHELO NUEVO; en varias ocasiones se ha hablado de su necesidad Y SE HA INTENTADO LOGRARLA. Desafortunadamente se han cometido muchos errores por parte de quienes la han buscado, partiendo de buscarla desde arriba; desde las Direcciones y no desde LAS BASES (como correspondería a Organizaciones de Izquierda), sometiéndola a que todos deberían cumplir los deseos de quien la proponía. Es por eso que hablamos de la falta de una ética revolucionaria; porque habría sido, bajo esta óptica una acción coherente el buscar LA UNIDAD entre organizaciones hermanas, generalmente guiadas por los mismos principios filosóficos, económicos y con idénticas aspiraciones políticas sociales: el cambio hacia una sociedad socialista.
Sin embargo, para nadie es un secreto que EL HEGEMONISMO, EL SECTARISMO, EL VANGUARDISMO Y EL DIVISIONISMO (entre otros vicios), han sido característicos en la historia del proceso revolucionario de nuestro país.
Ahora que pretendemos LA UNIDAD, es necesario ahondar en las causas que nos han mantenido divididos, con el fin de “BUSCAR LO QUE NOS UNE Y NO LO QUE NOS SEPARA” como lo planteara Camilo Torres Restrepo.
¿Qué nos une?
El deseo de cambiar el modelo social capitalista deshumanizado que hoy nos rige, por un modelo de sociedad en el que impere el respeto por la vida en todas sus manifestaciones: El Humanismo, La Justicia Social, La Solidaridad, El respeto por los Derechos Humanos, es decir: el cambio hacia un Socialismo.
¿Qué nos separa?
Con el fin de investigar lo que nos separa, proponemos una revisión somera de la historia de la lucha revolucionaria colombiana, para observar las divisiones y las alianzas que han construido los grupos -cuando lo han hecho-; los sectores con los que han hecho las alianzas; los resultados de esas alianzas; las divisiones y las peleas que han dado con o contra el gobierno, contra otros sectores populares y la forma en que han desarrollado esas luchas. Esto nos permitirá analizar los aciertos y los errores cometidos para evitar los unos y tratar de repetir los otros. El fin de esta somera revisión histórica no es por supuesto, ahondar las diferencias y aumentar los resquemores, sino tratar de hacer un análisis objetivo HOY QUE TANTO HABLAMOS DE VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN.
No creemos equivocarnos al afirmar que todos los movimientos populares están ligados a la creación de la Confederación Obrera Nacional (CON) fundada en 1925, por una alianza de comunistas, socialistas y liberales.
La ruptura lógica diría yo, de esta alianza, dio origen al PARTIDO SOCIALISTA REVOLUCIONARIO (PSR) fundado en 1.926.
Posteriormente, los comunistas liderados por Tomás Uribe Márquez, Ignacio Torres Giraldo, María Cano y Raúl Eduardo Mahecha, a través del trabajo político realizado con los obreros -(LLEGANDO HASTA HACER REINADOS EN LOS QUE SE ELEGÍA LA FLOR DEL TRABAJO)- obreros de la zona bananera del Magdalena empleados por la United Fruit Company; con los obreros del petróleo de la Tropical Oil Company en Barrancabermeja; con los artesanos de varias ciudades y algunos intelectuales radicales, en el Pleno Ampliado del PSR, EL 17 de Julio de 1930 fundaron el Partido Comunista Colombiano, que se autodefinió como la Vanguardia de la clase obrera, de acuerdo con las tesis formuladas por el “Marxismo Leninismo” Soviético, del cual dependió ideológicamente hasta la crisis del llamado socialismo real en 1991.
Los orígenes de la tendencia a la dependencia pueden buscarse en la invasión española con su herencia ideológica religiosa, económica y política, que nos ha costado la práctica dependiente en casi todos los aspectos sociales e individuales. (Esta práctica de dependencia va a ser la causa de divisiones cuando se funde el Partido Comunista M-L dependiente (también) de la línea Pekín o Maoísta.
En 1934 el PCC va a elecciones con la candidatura del indígena Eutiquio Timoté, para enfrentar al candidato LIBERAL Alfonso López Pumarejo, de quien afirmaban que era el principal enemigo del proletariado, de la vanguardia del pueblo y de las masas trabajadoras de la ciudad y del campo.
A pesar de lo anterior, en 1936, siendo Ignacio Torres Giraldo secretario del PCC, ACEPTANDO LA ORIENTACION DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA DE 1935 de formar Frentes Antifascistas, SE ALIARON CON EL PARTIDO LIBERAL con la consigna de “con López contra la reacción”. (Nótese como se alían con quien antes era considerado el “principal enemigo”). Esta alianza trajo beneficios aparentes al PCC al fundar la CTC y aumentar su militancia a 27.000 votos que representaron la elección de 10 diputados a diferentes Asambleas, 3 representantes a la Cámara y 1 senador.
Con este crecimiento cuantitativo, en lo cualitativo propició el surgimiento de una actitud sectaria y hegemonista frente a las otras fuerzas de izquierda como el Gaitanismo y las demás corrientes socialistas, actitud que dará origen a la autocrítica hecha un cuarto de siglo después, en 1.960:
- “es que, el que entre la miel anda, algo se le pega-” y este es uno de los peligros de las alianzas-… Veamos la autocrítica:
“Los comunistas considerábamos en ocasiones a los liberales de izquierda, en vez de naturales aliados, como los más peligrosos adversarios porque pensábamos que deliberadamente contribuían a mantener a las masas bajo la influencia ideológica de la burguesía y no tomábamos en cuenta, antes que sus aspectos negativos, la significación verdadera de sus hondas contradicciones con la clase burguesa. En ese terreno, los comunistas adelantamos luchas exageradas contra la confusa agrupación de izquierda denominada UNIRISMO, que intentó formar Gaitán, aunque sin deslindarla consecuentemente como un nuevo partido independiente de los partidos tradicionales.”
En agosto de 1944 en el II Congreso del PCC se cambió el nombre por el de Partido Socialista Democrático, evento apoyado por Alfonso López Pumarejo quien envió como delegado oficial al Ministro de Trabajo Adán Arriaga.
Varios PC del mundo decidieron cambiar su nombre por otros “más moderados”. Sobre esto el caso más influyente fue el del Partido Comunista de Estados Unidos, cuyo Secretario General fue desde 1930 hasta 1944 Earl Browder. En 1944 Browder publicó su libro Teherán, en el que revisaba el planteamiento de Lenin sobre el carácter del imperialismo y el capital financiero, considerando que la II Guerra Mundial demostraba que con la ayuda de los EU las naciones oprimidas podrían superar su secular atraso. Él mismo orientó el cambio de nombre de PCEU por el Asociación Política Comunista de los EU-APC. En julio de 1945, Browder es destituido de la dirección de la APC y sus planteamientos rechazados como revisionistas. (Hay que recordar que Augusto Durán, secretario del PCC fue Browderista).
- (Es que eso de ir corriendo los linderos de la estrategia no es un invento de ahora: se empezó con el comunismo como objetivo final, luego sería el socialismo, posteriormente la social democracia y se termina proponiendo la democracia liberal como objetivo “inmediato” …)-
Durante la década de 1940 el PCC tuvo que enfrentar los cambios del gobierno, particularmente el que las clases dominantes consideraban agotado, el modelo gestado durante la Revolución en Marcha de alianza con el sindicalismo de la Central de Trabajadores de Colombia CTC y algunos intentos democratizadores. Durante la “pausa de Santos” y posteriormente al giro de López el PCC se mantuvo como firme aliado del oficialismo, perdiendo iniciativa en la capacidad de dirigir la movilización popular, como se evidencia en el desastre de FEDENAL (la federación más grande de la CTC que agrupaba a todos los trabajadores del río Magdalena). La huelga estalló a finales de 1945 en el gobierno de Lleras y el Partido Socialista Democrático, (nombre que tenía entonces el PC) dirigido por Augusto Durán, esperaba que el gobierno liberal fallase a favor de los trabajadores, como lo había hecho en años anteriores, pero el gobierno derrota al movimiento y junto a los patrones destruye FEDENAL debilitando la CTC. (Esta alianza tampoco funcionó a favor de los trabajadores).
A pesar de este golpe, el PCC sostuvo la alianza con el oficialismo liberal: en 1946 apoyó a Gabriel Turbay y no a Gaitán, “el títere del laureanismo” como se le llamaba entonces. La división del liberalismo y este error táctico del PCC posibilitó el triunfo del conservatismo.
(Otra vez se evidencia que las divisiones de los aliados, solamente fortalecen al enemigo…)
Todos estos sucesos impactaron profundamente a las jóvenes generaciones de comunistas, que empezaron a desconfiar de las orientaciones de la dirección partidaria. El centro del debate giraba en torno a las alternativas ante la convulsionada situación nacional: lucha política legal con formas de resistencia armada o guerra campesina revolucionaria.
La proyección sobre la resistencia campesina armada en zonas en las que el Partido Comunista ejercía influencia, ocasionó una pugna entre el sector del Comité Central que planteaba defender la legalidad del Partido y buscar acuerdos con los sectores democráticos del Partido Liberal y aquellos sectores minoritarios, (que después fueron los mayoritarios), que insistían en la necesidad de convertir la resistencia armada campesina en la principal forma de lucha para conquistar el poder.
En 1947, tras analizar la situación de violencia que empezaba a agudizarse dramáticamente en todo el país, el V Congreso del Partido definió una táctica que privilegiaba la alianza con el Partido Liberal en la lucha contra el régimen conservador. Con los liberales estuvieron de acuerdo en que la principal forma de lucha era la resistencia civil, “Política de masas, acción de masas, resistencia de masas y no aventuras”.
Desde antes del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, el país era sometido a una brutal represión, conocida como la reconservatización territorial a sangre y fuego. Ante esta situación de violencia contra las bases campesinas y urbanas del Partido Liberal y del PCC, este tuvo que autorizar a fines de 1949, los Comités de Autodefensa en el campo, los cuales buscaban proteger a las bases de la represión armada y a la vez contener su impredecible respuesta. Las consignas del momento fueron: autodefensa de masas, Reforma Constitucional llamando a una Junta de Gobierno paritaria y mantenerse como “oposición democrática”. Estas consignas y la táctica que propusieron suscitaron la polémica de parte de los sectores radicales que exigían que el Partido se decidiera por la lucha armada como forma principal, más que por la simple resistencia.
A comienzos de la década de 1950 en dos eventos del Partido, el XIII Pleno y la fundación de la Juventud Comunista JUCO en Viotá, nuevamente afloraron las discusiones. En el evento fundador de la JUCO en Viotá, Pedro León Arboleda, su hermano Próspero y Pedro Vázquez Rendón, fueron criticados como “aventureros izquierdistas” por Filiberto Barrera. La Dirección partidaria sostenía que todavía se podían utilizar los espacios democráticos que ofrecía el régimen, y sostenía la tesis de acumular fuerzas en la ciudad y preparar la insurrección.
En 1952 durante el VII Congreso realizado en abril se evaluó la situación nacional y se exigió que las zonas guerrilleras volvieran a su carácter de auto-defensa de masas. En el Congreso se planteó que “las guerrillas no serían un factor decisivo en la lucha por la liberación del pueblo colombiano, mientras no pudiesen fundirse en un movimiento popular que se expresara en la lucha de masas” y recalcaba, respondiendo a los sectores que cuestionaban tal enfoque del Comité Central que “la extensión y alcance de la lucha guerrillera había sido, sin embargo, exagerada por elementos aventureros o ilusos”.
Esta situación se dio en un momento en que el gobierno conservador orientaba al ejército a concentrarse en la lucha antiguerrillera. El Batallón Colombia a su regreso de la guerra de Corea aplicó las tácticas contra-guerrilleras aprendidas de los militares norteamericanos. El sur del Tolima, en el mes de septiembre de 1952 sirvió de laboratorio en el cual se ensayaron las primeras tácticas de guerra de aniquilamiento, que meses después se aplicaron a gran escala contra los campesinos armados de los Llanos.
El 13 de junio de 1953 las clases dominantes acordaron depositar el control absoluto del poder en el Ejército, aprobando el golpe militar de Rojas Pinilla.
El liberalismo calificó el 13 de junio como fecha de la liberación nacional, y los periódicos El Tiempo y El Espectador hablaron de Rojas como el “segundo Libertador”. Por su parte, la dirección del Partido Comunista insistió en la desmovilización de las guerrillas y su conversión en movimientos de autodefensa. El Partido ordenó entrar en conversaciones con el Ejército y suspender operativos militares.
En las nuevas circunstancias políticas del país, el PCC consideró que:
En las actuales condiciones, todo intento de proseguir la lucha en su forma guerrillera, se opone al deseo y voluntad de las masas, la cual exige enrumbar una política de masas, resistencia de masas por senderos que concuerden con la realidad política nacional y local.
La Dictadura de Rojas, cristalizó una política contra el “comunismo internacional”, así que además de lograr la desmovilización de varias guerrillas liberales, expidió un decreto para ilegalizar al PCC y aislar a la jefatura del liberalismo oficialista a quienes solía llamar “guerrilleros intelectuales”, refiriéndose a Eduardo Santos y a Lleras Camargo. Así que el PCC orientó como táctica ante la dictadura “desenmascarar” a Rojas y presionar el cumplimiento de las promesas gubernamentales de paz y reconciliación, lo que indica que guardaba cierta esperanza de que la dictadura militar trajera democratización. La dictadura de Rojas no fue leída de manera similar por toda la izquierda colombiana, socialistas como Antonio García, la pensaron como una posibilidad anti oligárquica que colocaba por fuera a los partidos tradicionales y al PCC. García había tenido anteriormente diferencias con el PCC, en tiempos de Gaitán, García ingresó al Gaitanismo, lo defendió y articuló el Programa del Colón, por lo que muchos militantes del PCC tildarían al gran pensador Antonio García como pro-fascista pequeño burgués. García fue asesor económico de la dictadura y ayudó a estructurar parte de su programa social.
Durante la dictadura, el PCC tuvo que resistir las agresiones militares contra las zonas rurales y mantenerse en la clandestinidad, buscando contactos con el oficialismo liberal. Su táctica fundamental fue entonces recobrar la legalidad, para poder expresar abiertamente su posición, rechazando las tesis de varios de sus militantes de impulsar la lucha armada como táctica y estrategia principal.
Al comienzo del Frente Nacional el partido apoyó decididamente al sector liberal:
“Nuestro Partido hizo bien en respaldar las campañas del ’frente civil’ de la burguesía en todo lo que tenía de positivo, pero no denunció con la necesaria claridad ante las masas populares su estrecho y excluyente carácter de clase”.
Nótese que, “El apoyo al régimen tiene que ver con la aplicación de la política de reconquista de la legalidad y la tesis de construir un “gran partido de masas”. La línea oficial del Partido fue la tesis de la combinación de todas las formas de lucha, manteniendo la lucha armada a nivel de autodefensa.
La táctica de lucha del PCC orientada a la defensa de la legalidad del Partido y las alianzas con sectores del liberalismo, profundizó la inconformidad entre varios de sus miembros, quienes veían que el Partido empezaba a perder su vitalidad revolucionaria.
El PCC realizó el IX Congreso a mediados de 1961, planteando como táctica principal para el período, la alianza electoral con el Movimiento Revolucionario Liberal de Alfonso López Michelsen recién creado en 1960. Esta orientación agudizó las diferencias y llevó a una serie de expulsiones masivas. Francisco Garnica, Secretario Político de la JUCO en el Valle fue expulsado en el 5o. Pleno, en 1962. El 11 de marzo de 1962 el Comité Ejecutivo Central de la JUCO expulsó a Édison Lope sierra, Fred Kaim, Uriel Barrera, César Uribe, Libardo Mora Toro (futuros fundadores del PC de C (m-l) y Víctor Medina Morón (uno de los fundadores del ELN).
El 3 de diciembre de 1963, Pedro Vázquez Rendón, miembro del Comité Central del Partido Comunista envió una carta al Partido cuestionando su expulsión en el 29 Pleno de esa organización. Los puntos esenciales del documento fueron:
- Cuestionamiento a la creencia del partido en una alianza con la burguesía, o en la existencia de sectores progresistas de la burguesía. Para él la burguesía colombiana es pro-imperialista.
- Oposición a la estrategia de participar en elecciones, planteando que están cerradas las vías para la participación electoral.
- Condena la línea de la autodefensa para el movimiento campesino, pues impide el avance a “formas superiores de lucha”.
- Defensa de la Revolución Cubana, de la revolución venezolana, y de las tesis del Partido Comunista Chino y de Mao Tse-Tung.
El debate al interior del partido culminó con las expulsiones de una gran cantidad de cuadros del partido, los regionales de Magdalena, Bolívar y la Guajira fueron clausurados en 1963. Y durante los dos años siguientes el número de militantes expulsados fue en aumento en los regionales Valle, Santander, Cundinamarca, Boyacá, Huila y Bogotá.
De la JUCO fueron expulsados el 80% de sus militantes en los regionales de Bogotá, Santander, Valle y la Costa Atlántica. Aún en 1966, el PC encontraba dificultades para reorganizar a la JUCO. El dirigente del PC, Álvaro Vázquez se quejaba posteriormente sobre el que, a su juicio, era todavía en los años 70 el gran problema de la Juventud Comunista: seguir teniendo una fisonomía de ’partido comunista de jóvenes’, que tiende a acatar con dificultad las directrices del Partido.
Para 1961 se realiza en la clandestinidad el IX Congreso del PCC donde comienza a esbozarse la famosa tesis de la “combinación de todas las formas de lucha” como vía estratégica para la liberación nacional. El endurecimiento de la represión oficial contra los grupos campesinos del Sur del Tolima, lleva a que el Partido destaque cuadros políticos para la región. Los más destacados son Luis Morantes “Jacobo Arenas”, miembro del Comité Central del PCC; y Hernando González Acosta, del Comité Central de la Juventud Comunista. En mayo de 1964 inicia la Operación Marquetalia, en la que cerca de 16.000 efectivos del Ejército cercan al movimiento campesino del sur del Tolima en la llamada “república independiente” de Marquetalia. Los campesinos, comandados por Pedro Antonio Marín (que ya había tomado el nombre de combate de “Manuel Marulanda Vélez”, en memoria de un líder sindical, de zapateros de Manizales) y por “Charro Negro”, logran romper el cerco y realizan la II Conferencia del Frente Guerrillero Sur donde declaran fundada a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El XXVI Pleno del Comité Central de 1964 expulsa importantes cuadros del Partido como Pedro Vásquez Rendón y Francisco Garnica por su adscripción maoísta. El conflicto chino-soviético llevará a que importantes sectores de la militancia se desvinculen y funden el Partido Comunista de Colombia – Marxista Leninista pro-chino en 1965. En 1966 y en la clandestinidad que imponía el Frente Nacional, se lleva a cabo en Viotá (Cundinamarca) el X Congreso del PCC. En este Congreso se expone finalmente la tesis de la combinación de todas las formas de lucha, que sostenía que en Colombia la vía revolucionaria pasaba por la combinación de toda una gama de luchas de masas que iban desde las reivindicaciones cívicas (como el acceso al deporte y la cultura) hasta la lucha armada, pasando por la participación en elecciones. De esta manera el PCC destacó varios cuadros de la Juventud Comunista al movimiento armado (Jaime Bateman Cayón, Carlos Pizarro Leongómez, Iván Marino Ospina, Álvaro Fayad) y participó al tiempo en las elecciones estableciendo una alianza táctica con el Movimiento Revolucionario Liberal, bajo cuya lista se presentaban los candidatos comunistas.
En 1964 se conforma en Cuba la "Brigada Pro Liberación José Antonio Galán", integrada por seis estudiantes colombianos que viajaron a la isla becados por el gobierno de Fidel Castro, cuyo líder era Fabio Vásquez Castaño.
En ese grupo convergen estudiantes enviados a Cuba por el Partido Comunista Colombiano (PCC), las Juventudes del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) y el Movimiento Obrero Estudiantil y Campesino (MOEC). Estos estudiantes comienzan a participar en la lucha en la Sierra del Escambray, lo que sería su primer entrenamiento. Al regresar a Colombia comienzan a escoger zonas en las cuales se pueda implantar esa nueva organización, que toma como símbolo la bandera roja y negra, y que toma como base de operaciones el Valle del Magdalena Medio. En esta zona hasta finales de los años cincuenta había operado una guerrilla liberal, la de Rafael Rangel. Muchos de sus ex combatientes se habían convertido en dirigentes campesinos y podían iniciar acciones armadas, cerca del principal centro petrolero de Colombia.
Los estudiantes llegados de Cuba empezaron a reconocer el terreno y a hacer contactos. Esos preparativos comienzan en 1962 y a mediados de 1964, el día 4 de julio, se funda allí el Ejército de Liberación Nacional.
En la década de 1970, el Partido Comunista participó activamente en la conformación de la Unión Nacional de Oposición (UNO), junto al Movimiento Amplio Colombiano, MAC, (escisión de la Anapo) y el maoísta Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario, (MOIR). En las listas de la UNO los comunistas lograron una presencia nacional logrando participar en numerosos concejos y asambleas, especialmente en Bogotá, Viotá, Sumapaz, Cabrera, Cimitarra y el sur del Tolima. El PCC orientaba la Central Sindical de los Trabajadores de Colombia (CSTC), filial colombiana de la Federación Sindical Mundial, y logró ser la vanguardia del movimiento por el acceso a la vivienda en Colombia a través de la Central Nacional Provivienda (CENAPROV); bajo la influencia de CENAPROV surgieron numerosos barrios populares en todas las ciudades del país (Salvador Allende, Nuevo Chile y Policarpa Salavarrieta en Bogotá; Ciudadela Cuba y Leningrado en Pereira; Julio Rincón y El Rodeo en Cali; María Cano e Ignacio Torres Giraldo en Palmira; La Libertad en Neiva; Manuela Beltrán en Bucaramanga etc.). Las divergencias con el MOIR terminaron disolviendo la UNO para finales de la década, ante lo cual el Partido lanzó el Frente Democrático, como frente de unidad de la izquierda en torno a la candidatura presidencial del socialista liberal Gerardo Molina, sin lograr mayores éxitos.
Para 1980, el XIII Congreso del PCC proclama la posibilidad de una verdadera apertura democrática contra el proceso de lo que llamaban "fascistización" que conllevaba el gobierno de Julio César Turbay Ayala. Por tanto, en la línea política de los comunistas debían ser prioritarias las acciones de masas y específicamente las luchas sindicales, agrarias, estudiantiles y electorales. Esta postura, acompañada de las conclusiones de la VII Conferencia de las FARC (que cambiaban este nombre por el de FARC – Ejército del Pueblo, al considerar que las condiciones del país daban para un nuevo estadio de la lucha armada, ahora con tintes insurreccionales), lleva a divergencias programáticas entre el PCC y el movimiento guerrillero que serán confirmadas por el XVI Congreso Extraordinario del Partido en 1991 (donde se concluye que el papel principal del PCC frente al conflicto armado es la lucha por la solución política negociada entre las partes) y por la VIII Conferencia de las FARC-EP en 1993 (donde orientan la creación de todo un cuerpo de milicias urbanas y de trabajo clandestino, y se desvinculan de toda opción electoral).
En 1985 el PCC integró la desaparecida Unión Patriótica, movimiento político amplio y democrático al que pertenecían también las FARC-EP (en proceso de paz con el gobierno de Belisario Betancur), y distintos grupos políticos de izquierda. La UP era un frente electoral amplio orientado a la conquista de una serie de reformas mínimas para la apertura democrática (reforma agraria, reforma urbana, democratización de las fuerzas militares, fin de la doctrina de seguridad nacional, respeto a los derechos humanos). Contra la UP se desarrolló una operación de exterminio por parte de grupos narcotraficantes, paramilitares, aliados muy frecuentemente con organismos de seguridad del estado colombiano como el DAS, el F-2, el ejército, la Fuerza Aérea y la policía. Para el PCC esto representó un saldo de cerca de 3.000 militantes asesinados (entre ellos los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa; el ex-secretario de la Juventud Comunista Colombiana José Antequera; y dirigentes como Teófilo Forero y Manuel Cepeda Vargas).
Para 1986, la central obrera comunista (CSTC), la liberal Unión de Trabajadores de Colombia (UTC) y el llamado sindicalismo independiente, forman la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, CUT, donde los comunistas mantenían alta influencia.
Sobre 1987, el Ejército de Liberación Nacional ingresa, junto con el EPL y las FARC, en la Coordinadora Nacional Guerrillera (CNG) en que ya venían participando las organizaciones guerrilleras M-19, el Comando Ricardo Franco Frente-Sur y el Movimiento Armado Quintín Lame. La Coordinadora se reestructuró y pasó a denominarse Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB). El propósito de esta Coordinadora era presentar un frente unido en las negociaciones de paz emprendidas con el gobierno colombiano y coordinar acciones militares conjuntas.
La caída del “socialismo real” y el genocidio contra la UP (que representó la práctica eliminación física de los regionales comunistas de Urabá, Sucre, Cesar, Guaviare y Meta), sume al PCC en una aguda crisis representada por el marcado descenso de la militancia y la pérdida de la anterior influencia sindical y de masas. El XVI Congreso Extraordinario de 1991 Gilberto Vieira White, abandona la secretaría general que es asumida por Álvaro Vásquez del Real; al tiempo, el XVI Congreso hace visible la crisis orgánica del Partido ante la salida de importantes cuadros de la organización hacia la socialdemocracia y el liberalismo y la pérdida de casi toda la militancia de la Juventud Comunista. En 1993 se perpetra el crimen del secretario nacional de organización, Miller Chacón, y al año siguiente es asesinado el por ese entonces secretario general, Manuel Cepeda Vargas, último senador de la UP. Con la pérdida de la curul del concejal comunista de Bogotá, Mario Upegui, en 1998, la UP pierde la personería jurídica y prácticamente deja de existir.
El Partido Comunista Colombiano fue integrante fundador del Frente Social y Político que más tarde hizo parte de la coalición Alternativa Democrática que se disolvió, dando paso a la participación como tendencia en el Polo Democrático Alternativo. Las políticas unitarias del PCC vienen dictadas por las conclusiones de su XIX Congreso "Unidad por un gobierno democrático", realizado en 2005. Su más reciente Congreso, el XXI, celebrado en julio de 2012, reafirmó su vocación unitaria (bajo la consigna "¡Juntemos las Rebeldías!"), manteniéndose en el PDA, a la vez que participa y acompaña al nuevo movimiento político y social 'Marcha Patriótica', surgido al calor de la celebración y conmemoración de los 200 años de la declaración de Independencia. De igual manera, en este último Congreso se actualizó la línea política y se reformaron los estatutos y el programa del Partido.
En el 2012 el PCC fue expulsado del Polo Democrático Alternativo ya que este argumentaba que el PCC hacía doble militancia, por ser partícipes del movimiento social y político Marcha Patriótica, el PCC decidió en su XXI congreso fortalecer el movimientos social y político Marcha Patriótica como apuesta en busca de la paz, la soberanía y la segunda y definitiva independencia, tras su expulsión del PDA, partidos cercanos los cuales también hacían parte de la coalición PDA se retiran de esta colectividad.
En el 2013 se recupera la personería jurídica de la unión patriótica UP, como resultado de la demanda instaurada por el magistrado Jaime Araujo Rentería, Jeritza Merchán Díaz, Jorge Ignacio Salcedo Galán y Ricardo Pérez González, después que se la habían quitado impunemente y como una parte de la supuesta dignificación por el genocidio que este partido sufrió en los años 80. Después de esta recuperación, se han presentado luchas internas dando como resultado la creación de la UP Bases en Rebelión, que se opone a las decisiones tomadas por Aida Abella y demás miembros de la Junta Directiva apoyada por el gobierno.
El Partido Comunista, como otros partidos y organizaciones de izquierda ha tenido que enfrentar diferentes contextos políticos, no siempre favorables. Su táctica, producto de una herencia histórica y cultural, para esas circunstancias adversas, ha sido por lo general buscar alianzas y coaliciones con sectores de las clases dominantes para golpear a otros, por encima de la alianza con otros sectores de la izquierda. El resultado de estas alianzas ha sido ambiguo para el PCC, unas veces favorable y otras desfavorables. Para los sectores populares estas alianzas del PCC han sido más desfavorables. Por otra parte, es obligatorio recordar los enfrentamientos presentados entre las diferentes agrupaciones de Izquierda, llegando hasta el extremo de atentar contra las bases civiles de las diferentes organizaciones.
Todo lo anteriormente expuesto nos obliga a proponer como CRITERIOS PARA TENER EN CUENTA EN LA CONSTRUCCION DE LA UNIDAD:
1º. El primer paso para el planteamiento de LA UNIDAD ES LA BÚSQUEDA DE LA IDENTIDAD DE CLASE, ya que se ha visto que no funciona cuando se intenta con la burguesía.
2º. La UNIDAD es un propósito que se construye paso a paso, como resultado de la construcción de LA CONCIENCIA DE CLASE EN SI Y PARA SI. Se debe construir desde LAS BASES, a través de la educación y la formación de cuadros.
3º. La UNIDAD requiere de la formación de una ETICA REVOLUCIONARIA opuesta a la ética de la burguesía que se nos ha enseñado y que es con mucho, la causa de los vicios que se han opuesto a la UNIDAD.
4º. La UNIDAD debe excluir los elementos de las clases sociales que se oponen a las reivindicaciones del proletariado; entonces, no se hará con los miembros de la burguesía y la clase media alta, YA QUE COMO SE HA VISTO A LO LARGO DE LA HISTORIA, estas alianzas siempre han sido nefastas.
5º. Si bien es necesario conocer la historia de las divisiones, este conocimiento solo se adquiere con el fin de entender que las posiciones hegemónicas y sectarias obedecen a una ética burguesa que debe ser alejada de la práctica revolucionaria, recordando que el único que no se equivoca es el que no hace nada.
Por último, debo aclarar que si me refiero al doctor Gustavo Petro, lo hago con el respeto que me merece un hombre que ha logrado lo suyo y que, si bien, no nos identificamos con su proyecto de gobierno por considerarlo de reformas populistas maquilladas de social democracia; lo vemos cercano al Uribismo en cuanto al método de alianzas, pero muy alejado de las prácticas criminales del Matarife; en este sentido, aceptando lo que el candidato ha afirmado en cuanto a que no será un gobierno de Izquierda, porque él tiene derecho a la sinceridad, si me parece que es el más cercano que hoy parece al liberalismo, en cuanto se aleja del régimen feudal.
No creemos que vaya a resolver las crisis por las que estamos pasando y esto puede repercutir en que el pueblo entre en la más absoluta desesperanza, confundido porque el Uribismo ha dicho que Petro es de La Izquierda Comunista, el pueblo puede asumir que “EL SOCIALISMO TAMPOCO ES LA SOLUCIÒN” lo que sería nefasto para el proceso revolucionario popular.
LES DESTRUYERON LOS SUEÑOS
¿CUÀL ES LA PEOR INFAMIA?
¿CUÁL ES EL PEOR CRIMEN? No lo sé; usted puede contestarme que este
concepto es subjetivo y tiene razón relativamente; porque no es lo mismo que el
juicio sea emitido por una persona mediana y mentalmente equilibrada, que si el
juzgamiento lo hace un desequilibrado mental o un enfermo fìsico. Pero, a mi
parecer, la peor infamia, el peor crimen es LA DESTRUCCIÒN DE LOS SUEÑOS POR
MEDIO DE LA VIOLENCIA; por eso trataré de relatar uno de los peores que
conozco, de todos los que se han cometido: LA DESTRUCCION DE LOS SUEÑOS EN EL
QUEBRADÒN.
“La niña tenía 45 días de nacida, y el que parecía mandar la miró, acostada
en la cama, indefensa y quizá por eso, cuando el más bruto, el que tenía una
cicatriz que le cruzaba la cara haciéndolo más feroz, le preguntó señalándome:
-
¿La
mato?
Le contestó que no, que no me matara”.
UNA MASACRE IMPUNE
Muchas veces me he sentado frente a la máquina de
escribir con la intención de reivindicar al pueblo: a ese pueblo humilde al que
nadie se refiere seriamente –aun cuando muchos lo nombran- y que es el verdadero
motor de la sociedad; con la intención de darle la importancia que no se ha
reconocido a personas que, siendo muy especiales, nadie las menciona y no lo he
logrado. Mi incapacidad ha llegado hasta el punto que hoy, ya no estoy sentado
frente a una máquina Olivetti sino frente al computador Lenovo, intentando lo
mismo: la forma de denunciar para reivindicar al pueblo-víctima, al pueblo
víctima verdadera de esta sociedad infame. Al pueblo que solamente empezará a
reivindicarse cuando obtengamos un cambio radical del sistema económico,
filosófico y político que hoy nos rige.
(¿Quizá pudiera -por lo menos parcialmente-, lograr lo
que me propongo, contando un caso?)
Es un caso que conozco directamente y voy a referirlo,
para que salga del anonimato total: es el caso de la Masacre del Quebradón, en la que acabaron con los sueños de ALBA
NOHRA GARCIA VALENCIA, quien se oculta imperceptiblemente, desde los días
posteriores al 21 de abril de 1989:
En el campo, los sonidos se escuchan a mucha distancia
de su origen porque no hay ruidos ajenos que los interrumpan; si acaso, hay
otros sonidos que se combinan y a veces los refuerzan. Cada región tiene
sonidos característicos, pero a veces se repiten; sobre todo en la selva. Algo semejante
pasa con los aromas: antes del amanecer, empiezan a transformarse los sonidos y
los aromas, como preparando el alba. Estos aspectos han sido descritos muchas
veces, pero hay que vivirlos para conocer la hermosura que encierran.
El 21 de abril de 1989, antes del amanecer, la
madrugada fue interrumpida por el sonido de los motores y las luces de dos
camperos que llegaron hasta el final de la trocha que a modo de carretera habían
construido los colonos, coordinados por la guerrilla en jornadas comunitarias.
Esta carretera partía desde San Vicente del Cagûán y había avanzado hasta una
vereda que los colonos habían denominado “La Cristalina” por la claridad y la
belleza de las aguas de la quebrada que la baña.
Los automotores habían salido de los cuarteles del
Batallón Cazadores del Ejército Nacional Colombiano, llegando hasta el final de
la trocha. De los camperos se bajaron varios hombres y después de golpear,
entraron a la casa de Euclides Aranguren y le dispararon hasta que lo creyeron
muerto. Luego pasaron a la finca de Melesio Castañeda y lo asesinaron.
Posteriormente pasaron a la finca de Miller Vanegas y golpearon, diciendo que
les regalaran un poco de agua.
Miller Vanegas padre, se había salido de la región con
destino a Neiva y había dejado al cuidado de la finca, a su hijo José Miller:
un joven menor de 20 años que hacía dos años vivía con Alba Nohra García, con
quien tenían una niña de apenas 45 días de nacida. Cuando la pareja se dio
cuenta de la situación, un hombre se había metido al cuarto a través del techo
y les apuntaba con una pistola. El mismo hombre abrió la puerta por donde
penetraron otros dos sicarios que sacaron al joven José Miller al patio de la
casa, mientras preguntaban si violaban o mataban a la mujer. El que fungía como
jefe, mientras miraba la recién nacida, les dijo que no, que no lo hicieran.
Alba Nohra recuerda que escuchó un disparo y después,
al rato, salió y encontró el cuerpo de su compañero tendido con un orificio de
bala en el centro del cráneo, por donde se fueron, además, todos los sueños de
la joven pareja: ya no verían crecer juntos a su hija, al lado de las flores
que habían sembrado para adornar la casa y al lado de las matas que les darían
la comida, o de las vacas que daban la leche y los becerros. Ya no vería la
bella sonrisa de José Miller, a través de los ojos azules, que se negaron a ver
colores diferentes al negro, ya que su mente entró en la más oscura de las
noches…
Los criminales
mientras tanto, siguieron su recorrido de la muerte hacia el poblado.
Más abajo llegaron a la finca de los García. Ya estaba
amaneciendo y Pedro Alonso, (padre de Alba Nohra), se había levantado de la
cama, porque acostumbraba madrugar; fue cuando miró hacia la carretera que
quedaba a unos 300 metros de la casa, cuando descubrió los camperos y vio a los
hombres que se dirigían hacia su vivienda. No dudó ni un segundo y echó a
correr descalzo y en pantaloneta por la parte trasera de la habitación hacia el
potrero. Los criminales entraron a la casa y gritaron a la esposa y a las hijas
preguntando por Pedro Alonso García, pero este había logrado escapar porque
temía que se cumplieran las amenazas del capitán Tinjacá. Era la misma razón
por la que Miller Vanegas padre, se había ido para Neiva, condenando sin
saberlo a su hijo José Miller a la muerte.
Lelo era el nombre que le daban al señor que recogía
la leche en un campero que todas las madrugadas iba hasta donde llegaba la
trocha: hasta “La cristalina”. Aquella mañana no había ido y había enviado un
amigo para que lo remplazara, este amigo de “Lelo” fue encontrado por los
asesinos, más abajo de la finca de Pedro Alonso García y allí lo masacraron.
El capitán Tinjacá era el comandante del Batallón
Cazadores del ejército, que había montado sus cuarteles a la salida de San
Vicente, por la carretera que iba hacia “La cristalina”. Unas semanas atrás, el
capitán Tinjacá había citado a los miembros de la Junta de Acción Comunal y a
otros colonos, a los cuarteles del Batallón. Ya en la oficina les dijo:
-
“Señores: yo sé que ustedes están
colaborando con la guerrilla. Necesito que ahora empiecen a colaborar con el
ejército…”
Melesio Castañeda, que era el presidente de la Junta
de Acción Comunal, tomó la palabra y le preguntó:
-
“Y, como… ¿qué tenemos que hacer mi capitán?”
-
“Muy fácil: tan pronto como vean la guerrilla, me mandan la razón; basta que me
manden un muchacho con un queso por ejemplo”.
Melesio le dijo entonces:
-
“Ah no, mi capitán; lo que usted nos
está diciendo es que firmemos nuestra sentencia de muerte. ¿No ve que, si
hacemos eso que usted nos está ordenando, la guerrilla se va a enterar tarde
que temprano y eso no nos lo van a perdonar? No cuente con nosotros para eso
capitán.
El capitán Tinjacá se enfureció y los amenazó:
-
“Entonces, abandonen la región o,
aténganse a las consecuencias”
Terminada la reunión, los colonos volvieron a sus
fincas, no sin antes haber analizado la amenaza del capitán Tinjacá, razón por
la cual algunos abandonaron la región; otros, sin tener a donde ir, decidieron
esperar, porque la guerrilla se había retirado del sector, como sucede cuando
llega el ejército y queda el campesino expuesto, poniéndole la frente a la
situación. Esto es lo que ha sucedido repetidamente en Colombia. Las zonas de
colonizaje son ocupadas por los campesinos que llegan de diferentes partes del
país, generalmente huyéndole a la pobreza y buscando un mejor futuro. Ante la
falta de presencia del gobierno, también llega la guerrilla que se constituye
en autoridad porque se encarga de zanjar los conflictos intra o interfamiliares
y los que se presenten entre los vecinos; además les administra medicamentos y
curaciones a los enfermos, ayuda en labores del campo y de pronto coordina la
construcción de puentes y obras para satisfacer las necesidades de la
comunidad. Cuando llega el ejército, con el fin de acabar con el movimiento
guerrillero, ve en los colonos a sus enemigos y ante la ausencia de resultados
positivos, la emprende contra los civiles…
Euclides Aranguren no había muerto y algunos vecinos
lo llevaron al hospital para tratar de salvarle la vida, pero hasta allá
llegaron los hombres de los camperos por la tarde y lo remataron.
(- ¿Cómo es que
los criminales podían movilizarse con tanta libertad por la población, que
estaba tomada por el ejército? -)
Los cadáveres fueron llevados a la morgue y allí les
practicaron la autopsia. Los familiares pusieron la denuncia y luego huyeron de
la población, pero jamás lograron que la justicia investigara esta masacre; más
bien, un tiempo después, fue asesinado en Neiva un joven: Roberto Vargas, que,
por sus nexos con el Batallón, sabía y había informado, que los camperos
utilizados por los asesinos, habían sido reparados, arreglados y habían partido
de los cuarteles del batallón cazadores.
La orden era no dejar ningún testigo
vivo, por eso Alba Nohra cree que algún resquicio de consideración despertó la
figura de su hijita, en el cerebro del desalmado jefe de la cuadrilla, cuando
ordenó que no la mataran.
La orden era no dejar ningún testigo vivo: a Pedro
Alonso García le hicieron otro atentado en la autopista sur de la ciudad de
Bogotá unos meses más tarde.
Venia de trabajar. Se encontraba
esperando el bus que lo llevara a la casa.
Recibió una descarga de balas, que no hicieron blanco
en su cuerpo y terminaron agujereado solamente su chaqueta.
Alba Nohra García, a punto de enloquecer se trasladó a
Neiva como un autómata. Después fue a vivir a Girardot, en donde pasaba los
días a la orilla del río, o se entraba a las iglesias a preguntar dónde estaba
el dios de justicia mientras su hija crecía sin la presencia de su padre.
Un día decidió
que tenía que volver a la realidad y en honor de su compañero dedicarse a
cuidar a su niña; entonces se vino para Bogotá a sufrir la explotación y el
robo, que en varias ocasiones le hicieron, negándose a pagar los miserables salarios
prometidos por lavar ropa, por cocinar, o por arreglar las casas o los
apartamentos de las familias “pudientes” …
Un día, uno de mis pacientes me preguntó si podía
darle trabajo a una muchacha que había sido víctima de la violencia; yo le
contesté que sí cuando escuché su historia. Estaba terminando el año de 1990.
Alba Nohra nació en un hogar campesino y seguramente,
en su mirada vivaz de ojos azules, aún no aparecía el aire de cansado dolor y
de añoranza que hoy traslucen. Sus padres, exponentes de las parejas del campo:
ella trabajadora, resignada a través de siglos de explotación, callada y
esperanzada en un “futuro mejor”, que es el sueño de todas las mujeres pobres,
aunque no sean conscientes de esto. El, trabajador también, de esos que sudan
de sol a sol para ganar un sueldo cuya mayor parte se quedará el domingo en la
cantina del caserío.
Algún día, siempre buscando el mejor futuro, fueron a
parar a la zona de colonización de San Vicente del Cagûán; fue cerca de 1974
cuando empezaron a trabajar en la región de “El Pato”, un poco arriba del sitio
donde se unen los ríos que van a dar origen al río Cagûán. Pedro Alonso
sembraba maíz en las riberas, sembraba plátanos, arroz y yuca, y criaba cerdos.
Se alimentaban con el producto de sus cosechas y con la cacería y la pesca que
era muy abundante. Por allí pasaba la guerrilla y como a todos los que pasaban,
la familia les daba limonada y alimentos, “porque la comida sobraba y un plato
de comida no se le niega a nadie”.
“Todo iba muy bien hasta por allá en el año de 1,976,
-cuenta Pedro Alonso García-, cuando empezaron a lanzar hojas volantes desde
los aviones del gobierno, en los que nos decían que teníamos que abandonar la
región. Yo mandé a mi señora para el pueblo y me quedé para recoger los
animales. Luego empezaron a bombardearlo todo; cada bomba hacía temblar la
tierra y dejaba unos huecos de más de
Todo iba bien hasta cuando llegó el ejército y se
estableció el Batallón Cazadores en San Vicente, entonces se rompió la paz que
disfrutamos durante algún tiempo. Esa fue la maldición… y en sus ojos azules,
iguales a los de su hija, se trasluce una tristeza semejante, pero más madura…
En Colombia se ha perpetrado un sin número de
masacres… cada cual más cruel que la anterior y peor que la próxima porque
todas son peores y aun cuando las víctimas sean las mismas, son diferentes
porque sus sueños eran cada vez más hermosos, lo que hace peor su destrucción;
son como los gemelos idénticos que siempre son iguales, siendo diferentes.
Pero hay algo que empeora las situaciones, como si
esto fuera posible: es la infamia del gobierno.
Demoré más de 10 años en convencer a Alba Nohra para
que denunciara la masacre y exigiera una especie de recompensa gubernamental.
Ella siempre se negó diciendo que para el gobierno no existía el pueblo, pero
al final logré convencerla y después de un sinnúmero de papeleos, fotocopias,
memorándums y riquiñeques, salió una Resolución, que la reconocía como VICTIMA
DE DESPLAZAMIENTO FORZADO, pero en la que el gobierno se NEGABA A RECONOCERLA
COMO VÌCTIMA POR EL CRIMEN DE SU COMPAÑERO. ¡Como si el desplazamiento al que
fue obligada Alba Nohra, no hubiera sido ocasionado por el asesinato del padre
de su hija!!!
Pero aún es peor que después de más de 30 años de
ocurrida la masacre del Quebradón, la tienen dando vueltas de oficina en
oficina, sin reconocerle ni el dinero de los transportes que ha debido gastar,
restándolo de los humildes oficios que ha tenido que desempeñar y que nunca
corresponden con el esfuerzo que ella ha realizado en la vida, después que, por
orden del gobierno, le destruyeron los sueños…
30 años, son 30 años de dolor inimaginable, de
indolencia gubernamental, de un sistema que no tiene el mínimo sentimiento de
pesar para destruir los sueños al pueblo más humilde, trabajador y noble que ha
existido…
El Cóndor 25-09-2021 Carlos Alfonso Figueroa Parra
Carlos Alfonso Figueroa Parra
LIBERTAD PARA: CARLOS ANTONIO FIGUEROA PARRA Y AURELIANO LIBERATO. 21 de diciembre de 2009.
El 4 de julio de 2008 en Ibagué (Tolima), agentes de la Policía capturaron al médico Carlos Alfonso Figueroa Parra de 63 años de edad y al odontólogo Aureliano Liberato Olaya, sindicados de colaborar con las FARC prestando sus servicios médicos. Es decir que fueron arrestados por cumplir con su juramento hipocrático y los principios de la ética médica que los obliga a salvar vidas humanas, sin que importe la filiación política o las actividades del paciente.
Es de señalar que Carlos Figueroa, quien durante años ha prestado sus servicios médicos de manera gratuita a personas de bajos recursos, padece una grave enfermedad que lo obliga a recibir un tratamiento médico que por derecho constitucional se le debiera estar prestando. Además, a lo largo de toda su vida por su valiente compromiso con los sectores más vulnerables de la sociedad, Carlos ha sido objeto siempre de persecuciones y arbitrarias detenciones. A finales de los años setenta o comienzos de los ochenta, fue detenido en un batallón militar de Bogotá donde fue objeto de brutales torturas y de graves violaciones a los derechos humanos. Desde esa fecha hasta su detención ha sido objeto de toda clase de hostigamientos, señalamientos, amenazas y vigilancia permanente. Su hijo también ha sido perseguido por el Estado colombiano.
En razón de la sindicaciones que se le imputan, y su precario estado de salud, exijo la inmediata libertad de CARLOS FIGUEROA, que sus derechos sean restituidos y él y su familia reparados.
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Las cárceles en Colombia son sitios de destrucción humana. Los testimonios rendidos por prisioneras y prisioneros, así como de sus familiares y defensores lo confirman
Presos políticos
Durante la audiencia en el Congreso, un ex presidiario cuenta su caso.
Carlos Alfonso Figueroa Parra es un médico cirujano de 63 años, recluido desde julio del año pasado en la cárcel Picaleña en la ciudad de Ibagué. En un proceso arbitrario, es señalado de ser médico de las FARC-EP. Hasta hace menos de una semana, estuvo recluido en el patio correspondiente a los paramilitares, por lo que su vida estuvo siempre en inminente peligro. “Esto no es un avatar del destino, sino algo bien planificado de las autoridades carcelarias”, dice el médico en una carta dirigida a un amigo.
Sin embargo, el traslado no mejoró las condiciones de su seguridad,, pues ahora se encuentra en un patio para delincuentes sociales donde ya ha sido sentenciado a muerte. A pesar de su penosa enfermedad, cáncer de próstata con enquistamiento en otras partes del cuerpo, la atención médica que ha recibido es completamente nula. Figueroa Parra necesita con urgencia la asistencia humanitaria de alguna ONG defensora de los derechos humanos para que vigilen su caso.
Las violaciones no parecen de la vida real
El jueves 30 de abril se realizó en las instalaciones del Congreso de la República una audiencia sobre política criminal y sistema carcelario, donde se escucharon decenas de testimonios sobre las aberrantes violaciones a los derechos humanos fundamentales, tanto de prisioneras y prisioneros, como de sus familiares y defensores, denuncias que se realizaron en forma directa o en videos en la audiencia, auspiciada por la Comisión de Derechos Humanos del Congreso.
Una delegación del Principado de Asturias, estado español, de reciente visita en Colombia, encontró en sus observaciones a las cárceles La Picota y El Buen Pastor, de hombres y mujeres respectivamente, en Bogotá, casos de violaciones que “no parecen de la vida real”, según Rafael Palacios, vocero de la delegación.
“Las prisioneras y prisioneros políticos procuran aportar un grado de organización que les permite sobrevivir con dignidad en condiciones diseñadas para perder toda compostura humana”, dijo Palacios en rueda de prensa. Agregó que “en uno de los módulos de La Picota, los presos contaron que se les dio a escoger: o recibían a sus familias una vez a la semana en la propia celda, de 2,50 por 3 m, diseñada con dos camas para dos personas, pero donde se aglutinan cuatro o más presos, o esperaban a tener cada 45 días una visita más individualizada”.
Cárcel por casa a los colombianos
“Los presos escogieron la primera opción, por lo que en las celdas para dos se juntan cada semana, ocho o más personas, en una degradante situación donde la dignidad queda por los suelos”. Supremamente graves fueron los testimonios de grupos específicos de la población como los indígenas, afros, lesbianas, homosexuales y travestis, entre otros, en cuanto al maltrato que reciben en las prisiones.
“Al parecer, el Gobierno se está preparando para darles a los colombianos cárcel por casa, pues es inaudito que haya enterrado más de 140 mil millones de pesos en la construcción de una cárcel en Ibagué y por el mismo estilo esté construyendo otras 50 cárceles en diferentes regiones del país. Con esa cantidad de dinero, se hubieran podido construir más de 15 millones de viviendas decentes para familias que carecen de ellas”, dice un aparte del informe acumulado por la delegación asturiana.
Nota de Camilo Raigozo